Es un espacio que elegimos para los niños, para que tengan su patiecito, que tengan su zona para jugar. Antes de tener hijos pues no importaba, pero ahora es tan importante darles el mejor hogar posible, una zona segura, que pasen pocos carros enfrente por el tema de la seguridad, para mí eso es súper importante. Así que estamos muy contentos, poco a poco construyendo nuestro nidito de amor con los niños y poniéndole fotografías… Estamos muy felices.

La vida de Carolina cambió desde que tuve a Chloé Sophia. Antes era Carolina Sarassa, la hija, la esposa, la periodista… Ahora soy Carolina Sarassa, la mamá de Chloé y la mamá de Noah. Para mí, esta casa es darles a mis hijos todo lo que yo no pude tener. Yo crecí en Colombia con muchísimas dificultades económicas y es realmente darles a ellos un hogar para que sientan que tienen su casa, que su papá y su mamá se esfuerzan por ellos.

Es todos los días levantarme temprano, muy temprano, a las 4 de la mañana me levanto todos los días para que mis hijos tengan una buena vida y tengan la vida que yo no tuve en Colombia. Así que estoy muy contenta, muy agradecida con Dios, más que nada.

El baño, el baño me gusta mucho porque donde vivíamos antes era una casa de 1920 y era muy chiquita… Cuando estaba embarazada casi ni cabía por la puerta de la ducha, y ahorita esta casa tiene un baño grande que puede estar mi esposo, puedo estar yo con los 2 niños, el perro, el gato, podemos estar todos en el baño disfrutando un momento familiar: mientras Chloé se lava los dientes, las manos… Finalmente un espacio en la casa donde no hay que entrar uno para que salga el otro.

Muy contentos. Esta casita la compramos cuanto estaba ese repunte de los bienes raíces aquí en Estados Unidos, que estaba súper complicado, de hecho, nos tocó someter la oferta sin haberla visto, porque las filas eran interminables uno llegaba a ver una casa y había 10, 12, 15 carros afuera… Ya habíamos dicho ‘mejor no vamos a comprar nada’, pero metimos la oferta en esta casa.

Y fuimos con mi papá, y cuando llegamos el señor, dueño de la casa, nos dijo: ‘Hay más ofertas sobre la mesa de gente que no ha visto la casa, y son ofertas más altas que la tuya, la tuya es la más bajita, pero tu papá me enamoró, tu papá estaba feliz de la vida cuando vio la casa, que estaba tan bonita que vale la pena invitar a toda la familia. Y la ilusión en los ojos de tu papá, y por tu papá te voy a dar la casa’. Mi papá estaba más feliz que nosotros y pues por mi papá afortunadamente pues nos dieron la casita. Yo sé que para él es igual que para mí, es ver que su hija le puede dar a sus nietos lo que él no puedo dar a mí en Colombia.

Me encantaría, sería feliz de la vida, si hubiera comenzado con más joven yo creo que tendría, 7, 8, 9 hijos, porque el amor que les tengo es increíble y me llenan mucho. Ahora que Noah ya cumplió un añito es ver su ropita de chiquito y decir ‘¡ay no, qué pesar regalarla!’. Porque yo quiero otro bebé y mi esposo no quiere, me dice: ‘Si quieres otro no será conmigo’ (risas).

A mí me encantaría, de verdad, que si Dios quiere algún día puedo convencerlo, ojalá pronto. Yo crecí en una familia chiquita, mi hermana vive muy lejos, nada más éramos mi papá, mi mamá y yo en Navidad y el perro, y era mi esperanza poder tener una familia grande ahora en Navidad… Ojalá pueda tener otro hijito, me encantaría, que fuera otra niña me gustaría mucho.

Ha cambiado mucho, Chloé ha madurado muchísimo, y me he dado cuenta de que tienen diferentes personalidades y con la niña me funciona mucho hablarle de forma positiva, por ejemplo, si se está portando mal antes yo la regañaba y ahora le digo: ‘Mira cómo se porta de bien Chloé, mira cómo comparte con su hermanito’, e inmediatamente le cambió el chip a ella.

Yo crecí siendo casi hija única porque mi hermana la conoció cuando yo tenía 27 años y siempre me hizo falta ese hermano, esa hermana y al verlos como cómo se molestan, como se jalan el pelo, cómo juegan, cómo comparten, es tan lindo ver eso, me encanta, yo feliz de la vida de verlos compartir y crecer juntitos.

Se llevan se llevan 2 años y medio, se adoran, Chloé lo quiere muchísimo… En las mañanas siempre dice: Dios gracias por mi hermanito. Se parecen mucho en su forma de ser, les encantan los animales. Chloé no come, no le encanta comer, en eso sí es diferente, Chloé no duerme ya Noah sí le gusta dormir, pero se llevan súper bien.

El niño creo que todavía no se daba cuenta mucho, pero Chloé encantada, porque ella ve unas niñas en YouTube de vez en cuando, y tienen una casa grande y entonces ella cuando llego a la casa y me dice: ‘Mamá se parece a la casa de Diana, se parece a la casa de Stacy’, y esta tan contenta.

Estábamos en una época en que Chloé no se estaba dejando bañar el pelo, y era una pelea constante, y cuando vio el baño, que también es la parte favorita de ella, le encantó la bañera. Inmediatamente dijo ‘aquí me quiero bañar’ y de ahí todos los días ya es la pelea para sacarla de la ducha.

Pues trato de hacer de todo un poco, me levanto muy temprano por la mañana, cuando todos están en mi casa dormidos yo estoy leyendo el periódico con un ojo fue abierto y uno cerrado, para llegar al trabajo informada me vengo a trabajar. Mis papás cuidan a los niños en la mañana y yo en la tarde me dirijo después del noticiero inmediatamente para la casa y estoy con ellos toda la tarde.

Ha sido realmente increíble, yo creo que si no fuera por ellos no estaría yo pensando en hasta otro bebé. Siempre son tan buenos, se pasan de buenos, me enojo con ellos porque se pasan de buenos, quieren aparte hacer el almuerzo, quieren limpiar. Siempre quieren ayudarnos, dicen que se siente mal por mí porque hago muchas cosas.

100%. Yo creo que la familia latina siempre esta junta. Yo llegué aquí a Miami a los 13 años, he estado en este país hace 25, pero siempre he estado con mis papás. Me he mudado a diferentes ciudades por trabajo y siempre, siempre, han venido conmigo.

Yo creo que valorar todo lo que tenemos. Es lo más importante y siempre lo pienso porque aquí en Estados Unidos es un país de oportunidades, donde hasta la persona que no tiene recursos tiene un lugar donde dormir, tiene por lo menos comida o forma de pedir ayuda, y yo viví eso cuando estaba en Colombia, y valoro todo lo que tengo, cualquier cosita por chiquita que sea yo la valoro.

Ahora por ejemplo viene Navidad y todo lo que le piden a Santa pues se les puede dar, pero hay niños que no tienen esa bendición, entonces yo tratando de involucrar a los niños en diferentes causas para que vean de cerca que la vida no es de color rosa, desafortunadamente, y para el que valoren todo lo que tienen.

Quedarnos en la casa. Viene mi hermana a finales de año, y estoy muy contenta de estar con la familia, vamos a bautizar al niño, ella va a ser la madrina, y mi sobrino el padrino. Y estar en casita ya que la tenemos decoradita, y cocinar en casa, no somos excelentes cocineros, pero le dije a mi esposo: ‘hay que aventurarnos para que este año empecemos a crear tradiciones.

Yo tengo unos recuerdos muy lindos de mi niñez en Colombia, a pesar de que no había mucho dinero y que posiblemente no había casi regalos en Navidad. Siempre esas tradiciones de estar en familia; mi mamá siempre abrí una lata de melocotón y nada más se comía esa lata de melocotón en Navidad, es como ese sabor que uno tiene siempre de fiestas.

Yo ahorita estoy enfocada en mis hijos y en el trabajo, con eso ya tengo mis manos súper llenas. A nivel de mamá estar más tiempo con mis hijos, estar más presente. Estar con ellos primero, y segundo, a nivel profesional, pues seguir creciendo en el noticiero, me gustaría seguir escribiendo. Publiqué mi libro hace 7 años y me gustaría publicar un segundo

Hacer ejercicio. He dejado el ejercicio a un lado, y deja el tema es más físico que es lo de menos, es un tema tema de salud. A veces y a veces están a la carrera y ni siquiera pensamos en tomar un vaso de agua, queremos hacer todo tan perfecto que no empezamos en nuestra salud.