© GettyImages Vicente Fernández

‘Mientras no dejen de aplaudir, no dejo de cantar’, el origen de la frase de Vicente Fernández

El Charro de Huentitán lograba emocionar aún más a su público con esas palabras, un público que jamás dejó de aplaudir

El gran sueño de Vicente Fernández siempre fue cantar frente a miles de personas, una meta que cumplió gracias a su talento, carisma y la exitosa trayectoria que inició desde muy joven. Sus conciertos eran únicos, ya que el público sabía a qué hora empezaría, pero no a qué hora volverían a casa, y todo por la pasión que el artista y sus seguidores intercambiaban en cada recital. “Mientras ustedes no dejen de aplaudir, yo no dejo de cantar”, con esa frase, El Charro de Huentitán aseguraba a sus fans que, si ellos seguían dispuestos a escucharlo, él no dejaría de interpretar su repertorio éxitos. Una frase que lo acompañó no sólo hasta 2016 cuando se despidió de los escenarios, sino hasta el final de sus días. Pero, ¿de dónde salió esa frase que lo acompañó en su carrera?

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Es un hecho, cada que Vicente Fernández la decía, el público aplaudía con más fuerza y él cantaba con más emoción. Misma con la que se presentaba en pequeños palenques a inicios de su carrera. Según reveló en una entrevista con Imagen Televisión, todo surgió en León, Guanajuato, México, cuando amenizaba palenques.

Como artista invitado, sólo cantaría cuatro canciones por día. Su talento era innegable y la gente acudía a los eventos para escucharlo y aplaudir cada que entonaba un tema con esa poderosa voz que lo caracterizaba. Él, feliz de tener el micrófono en la mano, no quería salir del escenario a pesar de que el organizador del palenque le pedía que culminara su acto.

Pero la gente seguía aplaudiendo por cada una de sus canciones y les comentó que quien lo había contratado le pedía que se despidiera. “Yo mientras ustedes no dejen de aplaudir, no dejo de cantar”, dijo ante la gente que aplaudió con más emoción.

Una frase que lo siguió en toda su carrera

Fue así como nació aquella frase con la que Vicente Fernández emocionaba aún más al público que iba a cada concierto y gritaba “otra, otra” esperando que con su aplauso, él prolongara el concierto, llegando a estar frente a la multitud hasta por tres horas. Una hazaña que pocos artistas se atreven a imitar. Con ello se ganó el cariño de la gente y su frase se volvió tan característica que, incluso imitadores de Chente pronuncian con peculiar acento.

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Para él, los aplausos fueron cobrando más valor que el precio mismo de las entradas. Y a pesar de que se despidió de los escenarios en 2016 con el concierto Un Azteca en el Azteca, e hizo una pausa en su descanso para presentarse junto a su hijo Alejandro y su nieto Alex en los Latin Grammy 2019, el público jamás dejó de aplaudir. Aplausos que se lleva con él a la eternidad, dejando un legado difícil de superar.

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