Kate Hudson sabe cómo convertir cualquier alfombra roja en un fashion moment, y en los Governor Awards lo volvió a demostrar con una aparición que rápidamente se convirtió en una de las más comentadas de la noche.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
La actriz no solo llamó la atención por su espectacular vestido satinado firmado por Valentino —una pieza que juega con la sensualidad del movimiento y la complejidad de los detalles en las mangas— sino por el debut de un nuevo look que marca un giro inesperado en su estética: un bob corto, ondulado y con espíritu cabaret que encapsula el glamour del Hollywood clásico pero también con una perspectiva moderna.
El nuevo look de Kate Hudson
La actriz, que suele apostar por melenas largas y de estilos relajados, sorprendió con un corte extra glamuroso, un bob justo a la altura de la barbilla, mismo que peinó en ondas marcadas que evocan la elegancia de los años 20 y 30. Este nuevo bob, lleno de textura y perfectamente estructurado, funcionó como el complemento ideal para el total look retro—una transformación que no solo resalta sus facciones, sino que también la posiciona dentro de la tendencia creciente del “cabaret glamour”, un estilo que ha resurgido con fuerza.
El maquillaje acompañó sutilmente la narrativa vintage: ojos definidos con un toque ahumado, cejas suavemente arqueadas y labios en un tono nude que equilibraba la luminosidad del vestido. El resultado fue una estética sofisticada, teatral y profundamente femenina, donde cada elemento creaba una armonía particular.
Su vestido —diseñado por Alessandro Michele— reforzó esa atmósfera de espectáculo romántico. Las mangas, adornadas con aberturas, cristales y flecos delicados, le daban un toque de drama en cada movimiento que la actriz daba, mientras que la estructura del cuello alto aportaba un aire casi escultórico. En conjunto, el diseño ofrecía una mezcla perfecta entre lo etéreo y lo opulento, recordando los vestuarios más elaborados de la época dorada de Hollywood.
Este look marca un momento para Hudson, quien parece estar experimentando con una imagen más atrevida y editorial, sin perder su esencia divertida y experimental. En una temporada donde las celebridades se han volcado hacia estéticas nostálgicas reinterpretadas —desde el Old Hollywood hasta lo mejor de la era Y2K— la actriz encuentra en el espíritu cabaret una forma distintiva de destacar.
Con esta aparición, Kate Hudson no solo presenta un nuevo corte de cabello, sino una nueva actitud. El bob cabaret es un recordatorio de que el glamour puede ser clásico y atrevido al mismo tiempo, y de que la reinvención, cuando se hace con intención, se convierte en un verdadero espectáculo.
