La historia mostró años después de su paso por la capital española que Tatiana no estaba destinada a ocupar el trono de España y que tampoco estaba llamada a reinar en el corazón del Príncipe de Asturias, pero sí, paradojas de la vida, en el de otro Felipe, Philipp von Lattorf, a quien conoció en Londres y con el que contrajo matrimonio en junio de 1999 en Vaduz, capital del Principado