La Familia Real sueca es una gran aficionada a los deportes de invierno y es frecuente verlos no solo practicándolos, sino como espectadores de excepción en múltiples competiciones. En esta ocasión, Victoria de Suecia y su familia no han faltado a la final del campeonato mundial de biatlón de Östersund, que ha tenido lugar del 6 al 17 de marzo.
Los príncipes Victoria y Daniel, acompañados por sus hijos disfrutaron de la competición y hasta tuvieron la oportunidad de visitar las cabinas de mantenimiento de los esquiadores. Pero si hubo alguien de la familia que aprovechó entusiasmada hasta el último segundo de la experiencia, esa fue Estelle de Suecia, que además de animar, bandera nacional en mano, como la apasionada del deporte que es, no perdió detalle de la explicaciones más técnicas que le ofrecieron en las 'bambalinas' de la competición
Tanto Victoria de Suecia como los pequeños Estelle, de siete años, y Oscar, de tres, fueron unos excelentes animadores de los esquiadores que luchaban por hacerse con el trofeo en esta disciplina que combina el esquí de fondo y el tiro con carabina.
Aunque toda la familia estaba entregada a la emoción del torneo, la diferencia de edad entre los niños hace que lo vivan de manera muy diferente. Mientras que a Oscar pronto lo venció el aburrimiento y buscaba el consuelo de sus padres, Estelle estaba eufórica y feliz de vivir tan de cerca un evento deportivo tan importante para su país
La joven princesa no cabía en sí de la emoción cada vez que veían cómo sus esquiadores favoritos se acercaban al podium y no dudaba en lanzarse a los brazos de su madre para celebrar los éxitos. Mientras tanto, su hermano Oscar no parece entender qué es lo que les entusiasma tanto. Aún le quedan algunos años para disfrutar tan intensamente del deporte como su familia
Aunque tal vez para Oscar de Suecia no fue el día más divertido, seguro que la cara angelical del pequeño encandiló a más de uno en el campeonato mundial de biatlon, uno de los acontecimientos del año para los amantes de este deporte. El pequeño no se separó de su madre en toda la jornada y Victoria acabó por cogerle en brazos mientras saludaba muy sonriente a los allí presentes
Además de disfrutar del transcurso del campeonato, Victoria de Suecia y su familia tuvieron la oportunidad de entrar en 'talleres' y conocer de primera mano cómo se ponen a punto los esquís para que los participantes puedan rendir al máximo en la competición.
El acceso a las caravanas donde tenían lugar las labores de mantenimiento era un poco complicado, probablemente por el hielo acumulado en las escaleras de acceso. Por eso, Daniel de Suecia no dudó en ayudar a su esposa y a sus hijos tanto a entrar como a salir del habitáculo
La familia observaba fascinada la trastienda del torneo. Mientras los mayores saludaban amablemente a los responsables del mantenimineto de los esquís, Estelle de Suecia estaba encantada y llena de curiosidad al encontrarse en un lugar al que no todo el mundo tiene acceso. Por su parte, el pequeño Oscar, de pie sobre una mesa, miraba con mucha atención la 'misteriosa' carabana a la que le había llevado, ¿qué descubrirá?
Estelle de Suecia estaba especialmente interesada en todo lo que ocurría en aquel puesto de mantenimiento y escuchaba con atención las explicaciones de los encargados de encerar y perfeccionar la principal herramienta de trabajo de los esquiadores.
La princesa tomaba buena nota ya que poco después sería ella la que trataría de poner a pleno rendimiento los esquís que reposan sobre la mesa de trabajo
¡Apártense que es mi turno! La joven princesa decidió aplicar todo lo que había aprendido y, no sabemos si con poca o mucha destreza, se dispuso a manejar los materiales y a hacer sus pinitos como técnico de mantenimiento.
Sin duda, la hija de Victoria de Suecia, que se lo pasó en grande aplicando sus nuevos conocimientos, parece haber heredado el espíritu intrépido de su madre, para la que no hay nada que se le ponga por delante. Hemos visto a la princesa heredera en patinete, haciendo kárate, o poniéndose en forma en las escaleras de su casa, y ahora su hija apunta maneras con una espontaneidad que recuerda a la actitud de Victoria de Suecia
Mientras su hermana se lo pasaba en grande aprendiendo los trucos para que los esquís no jueguen una mala pasada, su hermano Oscar, observaba la escena con cara de no compartir el entusiasmo de sus mayores.
Aunque su madre no dejó de estar pendiente del pequeño ni un segundo y trataba de transmitirle su alegría, el niño, muy formal en todo el momento, no podía evitar un ligero gesto de extrañeza mezclado con una pizca de aburrimiento después de una larga jornada en la nieve
Todos con el mismo gorrito, con los colores de la bandera, excepto Daniel de Suecia, esperaban a pie de pista el final del campeonato y el ansiado reparto de las medallas. Bajo los copos de nieve, la familia, bien ataviada contra el frío, puso el broche final a un intenso día de lo más deportivo en la localidad sueca de Östersund
¡Ya no puede más! Ha sido un día muy largo para Oscar de Suecia que buscaba el consuelo de su madre abrazándose a su pierna agotado. Victoria de Suecia se toma con humor el comprensible cansancio de su hijo, y de hecho, le llevó en brazos durante buena parte de la jornada.
El pequeño príncipe tiene tan solo tres años y es habitual que muchos de los actos a los que tiene que asistir no le resulten demasiado entretenidos. La semana pasada también le pudimos ver con un gesto parecido y haciendo unos tiernos 'pucheritos' durante la celebración del Día del Nombre de la Príncesa
El campeonato mundial de biatlón llegó a su fin y la familia al completo felicitaron a la medallista sueca Hannah Öberg que se hizo con el oro en la prueba de los 15 kilómetros. Sin duda la deportista agradeció los constantes ánimos que le dedicaron a ella y a sus compañeros durante toda la competición