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El príncipe Daniel dio a los corredores unas indicaciones antes de la carrera. En la imagen, el rostro de la princesa Estelle refleja los nervios naturales previos a la prueba.

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Un momento de complicidad entre padre e hija antes de la carrera.

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Estelle de Suecia corría con zancada de gacela y sonrisa de princesa.

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La princesa Estelle cruzó la meta y corrió directamente hacia su padre, que recibió a su campeona en sus fornidos brazos.

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El príncipe Daniel le puso la brillante medalla de oro a la princesa Estelle con una sonrisa inédita de orgullo. 

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¿El abrazo o la medalla? Si hay que elegir recompensa, seguro que la princesa Estelle se decanta por las muestras de cariño de su orgulloso papá.

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Lo que la princesa Estelle tardó en reponer fuerzas con una botellita de agua y una manzana fue todo su reposo.

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El príncipe Oscar tomando una manzana como tentempié.

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Como muchos otros miembros de la realeza y como la reina Silvia concretamente, el príncipe Daniel lleva a sus seres más queridos consigo en la carcasa del móvil.

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La prueba siguiente a la carrera fue subirse a un pequeño monopatín. 

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Allí, ¿la ves? Parece que la princesa Victoria le indica al príncipe Oscar dónde se encuentra su hermana mayor, la princesa Estelle.

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El príncipe Oscar no podía participar en las divertidas actividades del Pep Day, pero a cambio tenía para sí toda la atención de la princesa Victoria.

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El príncipe Oscar fue el fan número 1 de la princesa Estelle.

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Oscar de Suecia toma de la cara a la princesa Victoria con cariño, mientras la princesa Estelle asoma por detrás con su casco azul de skater.

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