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Este lunes 17 de mayo se celebra el Día Nacional de Noruega por lo que la Familia Real ha participado en varias actividades públicas. Las restricciones impuestas, todavía vigentes, debido a la pandemia por la covid-19, han imposibilitado que un gran número de asistentes se congregaran a las puertas del Palacio Real de Oslo para ser testigos de la reunión de alguno de sus miembros desde el balcón. Aún así, la Familia Real no ha perdido la oportunidad de querer aproximarse a su pueblo a saludarlo e, incluso, a charlar con las personas que formaban parte de los actos conmemorativos. La aparición de los reyes Harald y Sonia de Noruega era una de las más esperadas ya que, después de su aislamiento por la crisis sanitaria, y de las ausencias por problemas de salud del monarca, ha sido todo un alivio para los asistentes verle saludar, junto a los suyos, desde el balcón

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Los reyes, los príncipes herederos, Haakon y Mette-Marit de Noruega, y los hijos de estos, Ingrid Alexandra y Sverre Magnus, se han reunido durante la mañana de este lunes para asistir a los diversos homenajes que han tenido lugar en la plaza de las inmediaciones del Palacio. Los coros formados por los grupos de Norwegian Girls, Bislett Boys, Boltelokka y la Guardia del Rey, entre otros, han marcado el programa musical como homenaje a la nación, en estos momentos tan complicados, y también a la Familia Real. Este ha sido el primer y único festejo en el que la familia ha aparecido unida, momentos antes de que los herederos pasaran a tomar la responsabilidad del Día Nacional

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Haakon y Mette-Marit de Noruega, junto a los príncipes Ingrid (17) y Sverre (15), han posado en la tradicional imagen del balcón poco después de que comenzaran las celebraciones en su residencia en el municipio de Asker, a pocos kilómetros de Oslo. Una vez junto a los reyes Harald y Sonia, se han mostrado felices y contentos de poder reunirse nuevamente en una de las jornada más especiales de todas, después de que el pasado año tuvieran que cancelarse todas las celebraciones debido a la crisis sanitaria. Todos ellos saludando, ondeando sus banderas nacionales y ataviados con los trajes tradicionales, han concedido una estampa familiar y muy esperada por la sociedad noruega

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Pero si alguien ha acaparado todas las miradas es Ingrid Alexandra. La aparición de la primera hija en común de los príncipes herederos no ha dejado indiferente a nadie ya que luce como una mujer adulta y ha dejado atrás su apariencia más aniñada. Para la ocasión, la Princesa ha escogido un Bunad, el traje tradicional noruego que se utiliza en ocasiones y eventos especiales como bodas o recitales de música y también durante las festividades del Día Nacional. El suyo, es especialmente significativo ya que fue un obsequio de sus abuelos, los reyes Harald y Sonia, con motivo de su confirmación en 2019. Está caracterizado por tener una gran y complejo entramado de bordados y decoraciones por lo que su valor es bastante elevado. Concretamente, el de Ingrid Alexandra, fue diseñado para ella y su propia abuela, la reina Sonia, formó parte del proceso de producción 

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A lo largo de la mañana, el vestido de la princesa Ingrid ha podido lucirse más durante alguna de las visitas que ha realizado junto a su familia. El traje está formado por una blusa blanca con las mangas levemente abullonadas que se dispone por debajo del cuerpo del traje, caracterizado por el delantal de color verde oscuro en el que se observa el monograma de la Princesa y también el de sus abuelos. En las medias que acompañan el atuendo están grabadas algunas flores que la propia reina Sonia se encargó de bordar.

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Después de su presencia en Palacio, la Familia Real decidió hacer algunas visitas sorpresas a distintos distritos de la ciudad de Oslo, esta vez sin la presencia de los Reyes. La lluvia ha imposibilitado los planes de que los príncipes herederos y sus hijos se desplazaran en coche descapotable para poder tener un mayor contacto con el pueblo. Aún así, un número considerable de personas se aglutinaban a lo largo de la ruta de los coches reales, por lo que han querido demostrar su compromiso con sus seguidores aproximándose a saludarles

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Haakon y Mette-Marit de Noruega también han querido aprovechar la ocasión para lucir sus trajes tradicionales. El del príncipe estaba compuesto por un chaleco abotonado por la parte delantera, con una malla de color negro, ajustada y por debajo de la rodilla a la que continuaba unos calcetines blancos muy típicos en la cultura noruega. La princesa, por su parte, llevaba un vestido un tanto distinto al de su hija; este estaba formado principalmente por una falda negra y larga con rallas, que dejaba a la vista unos zapatos muy parecidos a los de su esposo. La parte superior se componía de un corpiño rojo sobre una camisa blanca y, finalmente un tejido bordado oscuro a modo de delantal. Mette-Marit también llevaba un chal con motivos florales y coloridos para completar un look muy tradicional. El príncipe Sverre, muy involucrado con las visitas y las charlas con las personas que se encontraban durante su paseo, ha sido el único miembro de la familia que no lucía un conjunto típico noruego. Al contrario, ha querido llevar un elegante traje oscuro que combinaba con un abrigo azul marino

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Este paseo sorpresa ha tenido paradas en algunas escuelas y asociaciones en las que la emoción, el asombro y la admiración ante una visita tan inesperada han sido las notas clave. Los congregados han querido tener unas palabras con la Familia Real, manteniendo la distancia social y respetando, en todo momento, las normas impuestas ante la crisis sanitaria. Por ello, los príncipes herederos se han dedicado a saludar y aplaudir la labor de algunos de los profesionales que han visitado e intercambiar pequeños comentarios sin aproximarse demasiado. Haakon y Mette-Marit se han mostrado muy cómplices y unidos, sonriendo y felices de poder compartir un día tan importante junto a sus hijos

9/9 © Annika Byrde/Lise Åserud, NTB

Para finalizar una jornada llena de homenajes y visitas sorpresas por el Día Nacional de Noruega, los príncipes herederos, de nuevo junto a los reyes Harald y Sonia, han subido a bordo del Royal Norwegian Ship en uno de los fiordos del centro de Oslo para poner rumbo a la ciudad de Tonsberg. Antes de zarpar, la Familia Real ha saludado a las personas que se disponían en el muelle y a lo largo del puerto para inmortalizar un momento tan especial. De hecho, el gran barco real ha sido seguido por pequeñas embarcaciones hasta su destino

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