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Antes de realizar este divertido descenso en canoa junto a sus hijos, Alberto llamó por teléfono para realizar la reserva nnada más aterrizar de Sudáfrica 

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El Príncipe y sus hijos realizaron un descenso guiado de 9 kilómetros, que tardaron en recorrer alrededor de dos horas 

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Los pequeños Jacques y Gabriella, que como condición tenían que saber nadar, iban colocados en el centro de la canoa, mientras que la guía iba en la parte delantera de la embarcación y el Príncipe en la trasera   

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Los trabajadores de la empresa de alquiler de canoas tuvieron la oportunidad de charlar con Alberto de Mónaco al que definieron como "amable, humilde y muy sencillo”

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