La princesa Carolina nació en un cuento de hadas
El destino le arrebató de forma abrupta y cruel lo único importante, valioso, irremplazable: las vidas de sus seres más queridos
Mónaco tuvo en la princesa Carolina, en ausencia de la princesa Grace, a la perfecta Primera Dama, hasta que en 2011 el príncipe Alberto se decidió a casarse
La Princesa siempre ha estado en su lugar. En la imagen, asistiendo sola, sin Ernesto de Hannover, a la boda de los actuales reyes Felipe y Letizia
La más bella del reino lleva a gala la distinción más extraordinaria de todas: la naturalidad
La princesa Carolina da lecciones a todos: es posible toda la majestuosidad sin nada de impostura
La belleza y el glamour de Carolina de Mónaco son eternos
Portada de Carolina de Mónaco en 2013
Portada de Carolina de Mónaco en 2013
Portada de Carolina de Mónaco en 2015
Portada de Carolina de Mónaco en 2015