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Los príncipes Alberto y Charlene de Mónaco, acudieron a inaugurar el pueblo navideño de Mónaco y se fundieron entre la multitud para disfrutar de un agradable paseo en pareja
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El tradicional árbol de Navidad, un tiovivo de colores, una noria de luces destellantes... Alberto y Charlene regresaron a su infancia por unos instantes y recibieron el cariño de todos los que se encontraron a su paso y de algunas personas, jóvenes y no tan jóvenes, que se acercaron a ellos para felicitarles las fiestas
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Los príncipes provecharon su visita para acudir como espectadores de excepción a la representación de un baile tradicional en el que los verdaderos protagonistas fueron los niños, que bailaron al ritmo de una animada música con la que consiguieron entrar en calor
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Tras conseguir el aplauso de los príncipes, los pequeños, emocionados y algo tímidos, se acercaron a Charlene y le obsequiaron con un bonito ramo de rosas con los colores del Principado, el blanco y el rojo
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A pesar de las bajas temperaturas, el soberano llevaba un abrigo de color oscuro y su esposa un chaquetón de uno de los colores de la temporada, el camel, los príncipes consiguieron no levantar mucha expectación y aprovecharon para conversar con algunos de sus conciudadanos, admirar las atracciones y puestos navideños y hacerse fotos con un simpático Papá Noel
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