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Isabel II fue recibida por el deán de Windsor, David Connor, a su llegada a la Capilla de San Jorge

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Isabel II ha participado en la procesión funeraria a bordo de un Bentley oficial desde el castillo de Windsor hasta el pórtico oeste de la capilla de San Jorge

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De riguroso luto, la Reina ha llegado a la capilla mientras que el Land Rover que portaba los restos mortales del duque de Edimburgo continuaban hasta la Escalera Oeste

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Isabel II ha seguido el servicio religioso desde el lugar que le corresponde en la sillería del Coro, normalmente a su izquierda se hubiera sentado el duque de Edimburgo, como hizo durante las últimas bodas reales que aquí se celebraron -la de sus nietos, el príncipe Harry y la princesa Eugenia- o durante las misas que se celebraban de la Noble Orden de la Jarretera

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El príncipe Andrés, retirado de la vida pública desde hace un año y medio, es el que se ha sentado más próximo a su madre, dejando dos espacios entre ellos y también solo, ya que la duquesa de York no ha asistido debido al reducido número de personas que el Reino Unido permite que se junten en este tipo de ceremonias debido al Covid-19

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A  su llegada a la capilla de San Jorge esperaban el resto de miembros de la Familia Real que no han participado en la procesión, entre ellas la duquesa de Cambridge, la duquesa de Cornualles y la condesa de Wessex con sus dos hijos, Lady Louise y James, los dos nietos pequeños de la Reina y el duque de Edimburgo

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En el interior de la capilla de San Jorge Isabel II estaba con su hijos y sus nietos, además del clero de su máxima confianza, hay que recordar que es ella personalmente la que designa de manera directa al deán de Windsor; en el exterior aguardaba una impresionante representación militar que recordaba el papel que había desempeñado el duque de Edimburgo en las distintas áreas de la Defensa; y fuera de los muros del castillo y en contra de lo que se había pedido, aguardaba una multitud de personas que querían a su manera despedir también al marido de la Reina. Sin embargo, la imagen del día ha sido esta: la soledad de la Reina

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