Diana, que llevaba de la mano a Lady Rose Windsor, hija menor del duque de Gloucester, no acudió al servicio religioso con el príncipe Harry, ya que todavía era demasiado pequeño (tres años) para sumarse a esta tradición. Con el paso del tiempo este lugar, el Castillo de Windsor, significaría mucho para Harry, allí fue bautizado, pasó los fines de semana mientras estudiaba en la vecina Eton, se casó con Meghan Markle y presentó y bautizó a Archie. Todo ello con referencias constantes y tributos a Diana.