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El príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles están pasando un otoño muy viajero. Carlos de Inglaterra ha estado unos días en la India ha pasado su cumpleaños en la ciudad de Bangalore, a donde se ha trasladado su esposa para acompañarlo en su día, en un centro de retiro y salud situado en una granja orgánica centrada en los tratamientos holísticos, que ofrece yoga y ayúrveda (medicina tradicional de la India), homeopáticas y naturales.

Con las pilas cargadas, la pareja ha puesto rumbo a Nueva Zelanda, donde se encuentra de viaje oficial hasta el 23 de noviembre. Allí, fueron recibidos con todo el cariño por la comunidad maorí, cuyos representantes regalaron algunos de sus adornos tradicionales para hacer que el príncipe y la duquesa se sintieran como en casa

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En la segunda jornada de su viaje, el príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles han visitado el Wesley Community Centre de Auckland, una organización que vela por los intereses y las necesidades de las comunidades locales. Allí, no han dudado en lucir los collares tradicionales de los maoríes, la etnia polinésica más numerosa de Nueva Zelanda. La esposa del príncipe de gales se ha mostrado sonriente y cercana en todo momento, hasta el punto de que una niña de cinco años, llamada Joelle Leila, se ha acercado a ella para darle un efusivo abrazo, que la duquesa ha recibido de muy buen agrado

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En el centro de apoyo a las comunidades locales, el matrimonio también ha posado con un grupo de jóvenes de diferentes edades que lucían algunas de las vestimentas típicas de estas comunidades. Todos ellos, excepto la niña que se lanzó a los brazos de la duquesa de Cornualles y parece resistirse a separarse de ella, lucen un pantalón morado con flecos de paja a la altura de la pantorilla y el torso desnudo tan solo decorado por un collar étnico. ¡Afortunadamente en Nueva Zelanda es verano en esta época del año!

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¡Con las manos en la masa! A la duquesa de Cornualles no se le caen los anillos por ponerse a trabajar un poco en la cocina. En la imagen la podemos ver, aún con el collar típico sobre su traje azul, dando forma a una masa de repostería con un rodillo. El resultado suponemos servirá para elaborar unos deliciosos dulces autóctonos. Mientras la esposa del príncipe Carlos estira la masa, las que posiblemente sean las expertas en la elaboración de este postre la miran muy sonrientes sin quitar ojo a su trabajo

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Con un paraguas para protegerse de la lluvia, la duquesa de Cornualles posa con dos mujeres durante una ceremonia para rendir honores a los caídos en el memorial de guerra en Mount Roskill, en Auckland. En la mano lleva el sombrero que parecen llevar todas las presentes en el evento. Sin duda le da una nota de color al elegante traje de chaqueta azul claro que lucía en la visita

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The Hunting Lodge Winery fue la siguiente parada del príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles en Auckland. En las bodegas de este prestigioso restaurante, la pareja tuvo la oportunidad de degustar algunos de los mejores vinos de la región, cuyos precios oscilan, según su página web, entre los 25 y los 200 dólares, aunque la mayoría de ellos se encuentran en la parte más asequible del rango

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Una vez catados los caldos más suculentos de la bodega del Hunting Lodge Winery, llegaba el momento de llenar el estomágo con una exquisita degustación de gastronomía típica. De pie y alrededor de un barril, Carlos de Inglaterra y la duquesa de Cornualles probaban un plato tradicional con cuchara

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La mayor parte de los miembros de la familia real han mostrado públicamente su compromiso con la sostenibilidad y Carlos de Inglaterra no iba a ser menos. El príncipe ha aprovechado su estancia en Auckland para visitar Critical Design, una marca que hace del reciclaje un arte y diseña todo tipo de objetos a partir de materiales reutilizados. Durante el recorrido, el hijo de Isabel II parecía fascinado por la imaginación y el ingenio de los diseñadores a la hora de dar una nueva vida a los deshechos

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Gracias a la gira oficial por Oceanía que hicieron el año pasado los duques de Sussex sabemos lo que es el hongi. Se trata del famoso saludo maorí que se realiza chocando la nariz con la otra persona y que Meghan Markle incluso estuvo ensayando previamente para dar la mejor impresión en Nueva Zelanda. En esta ocasión, vemos a la duquesa de Cornualles saludando al modo tradicional a su llegada a una ceremonia celebrada en la base de la Real Fuerza Aérea de Nueva Zelanda de Whenuapai

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El príncipe Carlos también parece todo un experto en el saludo conocido como hongi. En la base aérea el príncipe de Gales fue el encargado de oficiar la solemne ceremonia llamada Queen's Coulors, 66 años después de que lo hicieses su madre en ese mismo lugar. Allí, el matrimonio ha sido agasajado con el baile tradicional conocido como Haka

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