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La princesa Margarita solía retirarse a esta histórica mansión del siglo XVII en el norte de Gales durante los 18 años que duró su matrimonio con el fotógrafo Antony Armstrong-Jones, ya que había sido propiedad de la familia de su exmarido. Ahora, transformada en un acogedor hotel, han decidido ponerla a la venta a través de la inmobiliaria Christie & Co por un precio que tal vez sea más bajo de lo que esperas: 375.000 libras. Desde luego, se trata de una cifra que no es apta para todos los bolsillos, pero no tan desorbitada como cabría esperarse de una antigua propiedad Real.

A pesar de haber pasado por distintos propietarios desde entonces, la casa mantiene su esencia y las estancias conservan todo el encanto de entonces. El acceso principal está precedido de un agradable patio perfecto para un desayuno al sol cuando el clima galés lo permita 

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Esta casa histórica, que ahora está a la venta, ha sido testigo de una de las historias de amor que más páginas de revista rellenó en la Realeza británica. La princesa Margarita siempre fue un espíritu libre que dio más de un quebradero de cabeza a su hermana, la Reina. Durante los 18 años que duró su matrimonio, los condes de Snowdon eran considerados como una de las parejas más glamurosas y con más vida social de Reino Unido.

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Después de que el matrimonio entre la princesa Margarita y Antony Armstrong-Jones acabase a finales de los 70, la mansión se convirtió en una residencia para la tercera edad, hasta que en la década de los 90 abrió de nuevo sus puertas en forma de un lujoso hotel en medio de 15 hectáreas de bosques y jardines.

En el interior encontramos un enorme salón como estancia principal en la que recibir a los huéspedes. De las paredes cuelgan obras históricas y lámparas que revelan la opulencia que siempre reinó en esta residencia de campo

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Muchas de las habitaciones mantienen la estructura de cama con dosel tan típica antaño de las construcciones de la Realeza. La suite principal, en tonos rojos y dorados, conserva la distinción y el lujo que rodeaban a esta residencia en la que la princesa Margarita y su marido trataban de alejarse del foco mediático y relajarse en los parajes naturales de Gales

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Los pasillos del hotel, antes refugio de la hermana pequeña de Isabel II, son todo un museo de cuadros y recuerdos originales de la familia del Conde de Snowdon, que fueron los primeros propietarios de la vivienda.

Antony Armstrong-Jones era un talentoso fotógrafo de buena familia, pero sin linaje aristocrático, algo que en la época hizo tambalear a los rigidos pilares de la monarquía británica

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A pesar de haber sido transformada en tantas ocasiones, primero en una residencia de ancianos y después en un hotel, la casa ha logrado conservar los ecos de su pasado Real.

No obstante, no todo son reminiscencias del pasado y muchas de las habitaciones se han modernizado para ofrecer a los huéspedes un ambiente moderno dentro de un enclave histórico

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Cada habitación cuenta con su propia decoración. Mientras que algunas tratan de ser fieles al estilo que encandiló a los condes de Snowdon, otras lucen un aspecto mucho más actual, pero en ningún caso se repite el diseño.

Ahora los nuevos dueños tendrán la oportunidad de adaptar a su estilo esta mansión histórica en medio de los bosques galeses. Todo un remanso de paz que vivió los mejores momentos del matrimonio de la princesa Margarita, así como el ocaso del mismo. No obstante, a pesar de su separación la pareja, que tuvo dos hijos, siguió manteniendo una sólida amistad

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