Estamos a punto de conocer al tercer hijo de los Duques de Cambridge. El Palacio ha hecho público que... ¡es un niño! pero mientras esperamos a conocer el nombre que le pondrán, en HOLA.com hemos querido echar la vista atrás para recordar algunas de las tradiciones (que seguramente no conoces) que se producen cuando llega un nuevo miembro a la Familia Real británica.
Un parto en casa
La reina Isabel II nació en la casa de su abuelo, en el número 17 de Bruton Street en el barrio londinense de Mayfair, en el año 1926. Los bebés reales solían nacer en su hogar y la soberana británica continuó con esta tradición al dar a luz a sus hijos, los príncipes Carlos, Andrés y Eduardo en el Palacio de Buckingham. Su hija, la princesa Ana, nació en Clarence House, que actualmente es la residencia del príncipe Carlos y la Duquesa de Cornualles. Por su parte, la hermana de la Reina, la princesa Margarita, también dio a luz a su hija, Lady Sarah Chatto, en el Palacio de Kensington, y a su hijo David, Conde de Snowdon, en Clarence House. La tendencia a dar a luz en los hospitales comenzó con la princesa Ana, que decidió dar a luz a sus hijos en el Hospital St Mary en Paddington, Londres. Desde entonces, el Ala Lindo del centro hospitalario ha dado la bienvenida a varios bebés reales, incluidos el príncipe Guillermo, el príncipe Harry, y los tres hijos de los Duques de Cambridge.
Los padres no podían entrar en la sala de partos
Tradicionalmente, permanecían fuera de la sala, esperando a que terminara el parto. Cuando Isabel II estaba embarazada del príncipe Carlos, tuvo un parto largo y muy duro arduo que durçó 30 horas. De hecho, su marido, el Duque de Edimburgo, pasó algunas horas nadando y jugando al squash, ya que no se le permitió entrar. Ahora los tiempos han cambiado y el príncipe Guillermo estuvo presente en el nacimiento de sus dos hijos, algo que se ha repetido también con el tercero.
Los bebés reales no eran amamantados
La reina Victoria detestaba estar embarazada y se negó a amamantar a sus nueve hijos, calificando la acción de "repugnante" y "la ruina de las jóvenes inteligentes y refinadas". Hoy en día, es una preferencia personal y cada madre elige la mejor opción para ella y el bebé.
El sexo del bebé se desvela después del nacimiento
El Palacio siempre anuncia el embarazo de una pareja y, generalmente, el mes en el que está previsto que venga al mundo. Sin embargo, otros detalles, como el sexo y la fecha exacta del parto, se mantienen en privado. Con el príncipe George y la princesa Charlotte tuvimos que esperar hasta que nacieron para saberlo y lo mismo ha sucedido con el tercer hijo de los Duques de Cambridge.
La Reina es una de las primeras en enterarse del nacimiento
Saber cuándo ha venido al mundo el nuevo miembro de la familia e todo un privilegio, y la reina Isabel II es una de las primeras personas en saberlo. Cuando nació su primogénito, el príncipe Guillermo llamó a su abuela por teléfono para contarle la buena nueva y después llamó a los padres de Catherine, Michael y Carole Middleton, además de los hermanos de la Duquesa, Pippa y James. También a su propio padre, el príncipe Carlos y a su hermano, el príncipe Harry. El mismo protocolo se repitió con Charlotte y ahora con su tercer hijo.
El royal baby tiene tres o cuatro nombres
Generalmente tienen tres o cuatro nombres, que suelen ser tradicionales y con carácter, y que se llevan usando en la familia durante siglos, como es el caso de George y Carlos. Por lo general, la Reina suele aprobar los nombres de los bebés reales que están más cerca de la línea del trono. El primogénito de los Duques de Cambridge recibió el nombre de George Alexander Louis, mientras que su hermana se llama Charlotte Elizabeth Diana.
El nacimiento se anuncia a través de un pregonero
La manera en la que se anuncia la buena nueva es, sin duda, lo más tradicional. Tony Appleton ha tenido el privilegio de anunciar los nacimientos del príncipe George y la princesa Charlotte en los escalones del Ala Lindo y, tal y como se esperaba, ha hecho lo mismo con el recién nacido. El papel de este 'pregonero' surgió en la época medieval, cuando la mayoría de la gente del pueblo no podía leer o escribir.
Un caballete en el Palacio de Buckingham
Tradicionalmente, el Palacio publica un comunicado anunciando el nacimiento del bebé. La nota oficial detalla la hora y la fecha de su llegada al mundo, así como el peso y la altura del recién nacido. Por lo general, un anuncio posterior desvela el nombre unos días más tarde. El Palacio de Kensington también comparte las buenas noticias en sus redes sociales, incluyendo Twitter, donde cuentan ya con 1,25 millones de seguidores. Los Duques de Cambridge han seguido cumpliendo con una tradición que se remonta a varios siglos atrás, para que todos los ciudadanos lo puedan leer. El anuncio queda expuesto durante 24 horas, según se viene haciendo desde 1837 con todo los nacimientos de la Familia Real inglesa.
Salvas de honor
Como dicta el protocolo, los cañones lanzan salvas de honor de desde la Torre de Londres y también desde Green Park, cerca de Buckingham. La bandera del Reino Unido es izada en todos los edificios oficiales, y repican las campanas de la Abadía de Westminster. La mayoría de los edificios y monumentos de Londres se tiñen de color (rosa o azul) para celebrar la llegada del bebé real, como sucedió en los nacimientos de George y Charlotte.
El bebé es bautizado poco después del nacimiento
Los bautizos generalmente tienen lugar dos o tres meses después del nacimiento, y es la segunda vez que el recién nacido hace su aparición oficial. La primera es el momento en el que abandona el hospital en brazos de sus padres. Isabel II tenía solo un mes cuando fue bautizada en la capilla privada del Palacio de Buckingham, mientras que el príncipe Guillermo tenía dos meses y el príncipe Harry, tres. El bautizo del primogénito de los Duques de Cambridge tuvo lugar tres meses después de su nacimiento, mientras que el de la princesa Charlotte fue dos meses después.
El traje de cristianar
La princesa Charlotte fue el séptimo bebé real en usar el traje de cristianar que han vestido generaciones de bebés de la realeza inglesa. Desde que lo estrenó la hija mayor de la reina Victoria, en 1841, 62 recién nacidos, entre ellos los príncipes Guillermo y Harry y su padre Carlos, además de la reina Isabel II, han llevado el mismo faldón con encaje de Honiton con lazos de satén blanco. Sin embargo, debido a su fragilidad, confeccionaron una réplica que han utilizado el príncipe George y la princesa Charlotte.
Las fotos oficiales de bautizo
Las fotos oficiales se hacen públicas poco después del bautizo y, en ellas, puede verse al recién nacido con sus padres, sus padrinos y los demás miembros de la Familia Real. Mario Testino tuvo el privilegio de fotografiar a la princesa Charlotte en su bautizo, mientras que Jason Bell fue el encargado de las fotos oficiales del príncipe George.
Normalmente tiene seis padrinos
Si bien la mayoría tenemos tres o cuatro padrinos, los bebés reales tienen, generalmente, al menos cinco. El príncipe George, que ocupa el tercer lugar en el trono, tiene siete padrinos: Oliver Baker, Emilia Jardine-Paterson, Earl Grosvenor, Jamie Lowther-Pinkerton, Julia Samuel, William van Cutsem y Zara Tindall, que es prima del príncipe Guillermo. Por su parte, la Princesa Charlotte tiene cinco padrinos: Thomas van Straubenzee, James Meade, Sophie Carter, Laura Fellowes ( prima del príncipe Guillermo) y Adam Middleton (primo de la duquesa Catherine).
Solían ser educados en casa
Junto con su hermana, la princesa Margarita, la reina Isabel fue educada en casa bajo la supervisión de su madre y su institutriz, Marion Crawford. En 1955, el Palacio de Buckingham anunció que el príncipe Carlos quería ir a la escuela, en lugar de tener un tutor privado. Él fue el primer heredero en ser educado en la escuela. Sus hijos, Guillermo y Harry, también asistieron a una escuela privada en Londres cuando eran pequeños, antes de inscribirse en el prestigioso Eton College. Por su parte, el príncipe George empezó en la Thomas's Battersea en septiembre de 2017, mientras que su hermana, la princesa Charlotte, va a la Willocks Nursery School.
Los bebés reales no tenían apellidos
Antes de 1917, los miembros de la Familia Real no tenían apellido, sino solo el nombre de la casa a la que pertenecían. Reyes y príncipes fueron históricamente conocidos por los nombres de los países que gobernaron. Los reyes y las reinas, por lo tanto, firmaban solo con sus nombres, una tradición que ha continuado hasta nuestros días. Pero en 1917, hubo un cambio radical cuando Jorge V adoptó Windsor específicamente, no solo como el nombre de la "casa", sino también como el apellido de su familia. La Reina ha conservado el apellido, pero en 1960, ella y el Príncipe Felipe decidieron que sus descendientes serían distinguidos del resto de la familia con el apellido Mountbatten-Windsor.