Aunque muchas de las demostraciones de amor del príncipe Felipe hacia su querida Lilybet les pertenezcan solo a ellos, a lo largo de estos setenta años de unión algunas pocas han llegado a nuestros oídos… y a nuestros corazones
De gestos románticos está lleno el titánico matrimonio de la reina Isabel y el Duque de Edimburgo
1946. La madre del príncipe Felipe, la princesa Alicia de Battenberg, tuvo que hacer un sacrificio para ayudar a su hijo a crear el anillo de sus sueños, una pieza a la altura de una futura Reina de Inglaterra
2017. La reina Isabel, acompañada por el Duque de Edimburgo, luce como en todos estos setenta años de amor su anillo de compromiso en los Juegos de las Highlands
1947. El príncipe Felipe lleva a su amada, la princesa Isabel, al altar de la Abadía de Westminster, donde le hará su segunda promesa de amor eterno, la primera (ya cumplida) fue dejar de fumar
1949. El príncipe Felipe fue nombrado Segundo Comandante de la Armada en Malta y allí hizo realidad la ilusión de la reina Isabel: una vida de recién casados como la de cualquier otra pareja, ajenos al resto del mundo
2007. Para el aniversario de sus Bodas de Diamantes, la reina Isabel y el Duque de Edimburgo regresaron a Broadlands, el lugar donde pasaron su luna de miel, y recrearon el retrato de su viaje de novios, vistiendo trajes similares a los de aquella ocasión sin olvidarse de los detalles más nimios como el broche o la corbata
1947. Los recién casados durante la sesión fotográfica de su luna de miel en Broadlands