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El esperado día del discurso comienza con una procesión desde el Palacio de Buckingham hasta Westminster, en la que la Reina va escoltada por la caballería real y acompañada por su marido, el duque de Edimburgo. El recorrido atrae a una multitud de ciudadanos que quieren ver a la soberana liderando la procesión por las calles de Londres hasta la Cámara de los Lores. En carruajes abiertos y detrás de la Reina, formaban parte de la comitiva otros miembros de la Familia Real como el príncipe Carlos y su esposa, la Duquesa de Cornualles, o la princesa Ana

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Las calles del centro histórico de Londres estaban repletas de fotógrafos, turista y residentes que querían presenciar la tradicional procesión que hace Isabel II con motivo de la apertura del Parlamento. Los alrededores del Big Ben, el reloj de la torre, fue uno de los escenarios por los que pasó la Reina, situado en el lado noroeste del palacio de Westminster, sede del Parlamento del Reino Unido en Londres. El 26 de junio de 2012, en honor al jubileo de diamante de la soberana, se decidió que la torre pasaría a llamarse Elizabeth Tower

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Para el trayecto la Reina lució la corona de diamantes de Estado, todo un símbolo de su reinado y que reserva para las procesiones de apertura del Parlamento o para retratos oficiales. Al llegar, como mandan los cánones y la tradición, la soberana cambiara esta pieza por la impresionante Corona Imperial del Estado. Una pieza hecha originalmente para la coronación de la reina Victoria en 1838 y que está repleta de piedras preciosas. En el centro de la cruz «pateé» de la parte frontal lleva un rubí que, según cuenta la tradición, fue regalado al príncipe Negro por Pedro I el Cruel, Rey de Castilla. El zafiro de San Eduardo brilla en el centro de la cruz de diamantes que se sitúa sobre la esfera del mundo –también de brillantes-, una pieza aún más antigua. Se dice que lo lució San Eduardo en un anillo y que luego fue quitado de su tumba, en la abadía de Westminster, en el siglo XII. Bajó el rubí del príncipe Negro hay un fantástico diamante, conocido como la Segunda Estrella de África una piedra cuadrada de 317,40 quilates, cortada del gran diamante “Cullinan”. Finalmente, alternando con las cruces, hay unas flores de lis engarzadas con esmeraldas y rubíes. La corona había llegado al Parlamento en su propio coche, por delante del carruaje que llevaba a la Reina y escoltado por miembros de la Casa Real. Además de lucir está soberbia pieza, reflejo del poder del Imperio Británico, la soberna se cubrió con tradicional capa de armiño, cuya larga cola fue trasportada por cuatro jóvenes

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La Reina eligió un vestido de encaje blanco, una estola de piel y elegantes guantes blancos, de forma que la capa de armiño color carmesí -el color que instauró el rey Eduardo III en el siglo XIV-, a su derecha tomaron asiento el príncipe Carlos de Inglaterra y la Duquesa de Cornualles

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Una vez en la Cámara de los Lores, la Reina pronunció un discurso que coincidía con el arranque de legislatura de David Cameron, ha sido redactado y aprobado previamente por el Gobierno. "Detrás del discurso hay una clara visión de lo que nuestro país debe ser. Un país seguro y con oportunidades para todos", ha destacado Cameron, que aspira a ser el líder de un "Gobierno de una única nación", en un comunicado. Las líneas expuestas por Isabel II en nombre del Gobierno incluyen reformas laborales, económicas y fiscales, así como iniciativas en materia de educación, sanidad o infraestructuras. La reina Isabel II ha confirmado durante el solemne discurso pronunciado este miércoles los planes del Gobierno de David Cameron de convocar un referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea antes de que concluya 2017

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