El predicador Carel ter Linden destacó en un largo sermón los valores del amor a los que la pareja habrá de aferrarse para superar las dificultades que puedan asaltar en su andadura juntos.
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Los novios se arrodillaron en el mismo banco utilizado en la boda de la reina Guillermina y el príncipe Hendrik (1901), la boda del príncipe Constantino y la princesa Laurentien, y la boda del príncipe Guillermo y la princesa Máxima (2002).
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En el transcurso de la ceremonia religiosa en la que el príncipe Friso y Mabel Wisse se convirtieron en marido y mujer ante Dios, ambos se prodigaron continuas miradas y sonrisas de felicidad.
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Mabel Wisse, del brazo de su ya esposo, el príncipe Friso -recuérdese que los dos padres de la novia han fallecido-, irrumpía en la catedral de Oude Kerk de Delft
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Cientos de globos naranjas surcaron el despejado cielo con que Holanda amaneció.
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Durante el intercambio de anillos, el príncipe Johan Friso simuló en broma que la alianza de Mabel era demasiado pequeña para su dedo.
