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El Rey cumple 51 años este 30 de enero. Un día especial que ha querido compartir con las tropas españolas que participan en la misión de la OTAN que adiestra al Ejército iraquí en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico. Este año ha cedido el protagonismo de su día a los contingentes militares que España tiene desplegados en el extranjero cuando se cumplen treinta años del inicio de este tipo de misiones por parte de las fuerzas armadas españolas. Mientras que el año pasado celebró por todo lo alto su medio siglo de vida con la difusión de material gráfico especial y con la solemne imposición del Toisón de oro a la princesa Leonor como broche de oro. Seguro que le esperan numerosas felicitaciones y alguna sorpresa. En Hola.com recordamos la vida de Felipe VI en diez momentos clave.

 

HEREDERO A LOS SIETE. Don Juan Carlos de Borbón, entonces Príncipe de España, tenía la corazonada de que su tercer hijo, tras las infantas Elena y Cristina, sería un varón. “Me lo repetía a mí mismo: a la tercera va la vencida”, contaría años más tarde. Y así fue. La mañana del 30 de enero de 1968, su intuición se confirmó cuando la puerta de la sala en la que esperaba, en la Clínica Nuestra Señora de Loreto, en Madrid, se abrió a las 12:35 horas y le anunciaron que doña Sofía había dado a luz un niño: Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia. Poco después, el orgulloso papá declaraba ante la prensa que había nacido su tercer hijo con unas palabras llenas de significado: “Es rubio, tiene los ojos azules... y España tiene un servidor más”.

 

Daba el perfil. Era un niño prudente y discreto, dotado de un gran sentido del humor, que siempre fue consciente de que debía anteponer el deber al deseo. Pero sobre todo era “un niño normal, como todos los demás; esa es su fuerza y lo que le hace más verdadero”, revelaba don Juan, abuelo del rey Felipe, por el que su nieto siempre tuvo especial debilidad. Con siete años, el 22 de noviembre de 1975, dos días después de la muerte del general Franco, presenció cómo su padre era proclamado Rey de España, con el nombre de Juan Carlos I, y él se convertía en Príncipe heredero. Más mayor, confesaría que ese había sido uno de los días más importantes de su vida, avance de su propio destino casi cuarenta años después. 

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HONORES COMO PRÍNCIPE DE ASTURIAS. Felipe VI era un niño guapo de rizos de oro y mirada azul como el profundo océano que le daban cierto aire inocente. Una apariencia angelical que contrastaba con el peso histórico de veinticuatro reinos, cinco principados, quince ducados, seis marquesados, veintidós condados y doce señoríos... que llevaría sobre sus hombros, y de las tres nobles condecoraciones que colgarían de su pecho, el Toisón, la Real de Carlos III y la de Isabel la Católica, y aún más importante con el peso de la responsabilidad de ser un digno Rey de los españoles sobre su conciencia.

 

Se preparó con exigencia. En noviembre de 1977, don Felipe recibía, en un multitudinario y emotivo acto en Covadonga, los honores y atributos como Príncipe de Asturias número 35, título que se une a los de Príncipe de Gerona, de Viana, Duque de Montblanc, Conde de Cervera y Señor de Balaguer. La ceremonia no tenía precedentes históricos pero dada la reciente restauración de la Monarquía la fórmula adquiría gran significación. La proclamación de don Felipe como Príncipe de Asturias tuvo lugar en la explanada de la Basílica de Covadonga, donde recibió la Cruz de Príncipe de Asturias de manos del rey Juan Carlos con estas palabras: “Esta es también tu cruz. Tu cruz de Rey”. Con trece años presidió su primer acto oficial y, bajo la atenta mirada de sus padres, que le acompañaban, pronunció su primer discurso público durante los premios Príncipe de Asturias en Oviedo en 1981, en el que dijo llevar a “Asturias en lo más profundo de mi corazón”.

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JURA COMO HEREDERO. El 30 de enero de 1986, fecha de su 18º cumpleaños, el Príncipe juraba la Constitución ante las Cortes, Congreso y Senado, reunidos en sesión conjunta, en cumplimiento del artículo 61.2 de la Carta Magna. En el acto, celebrado en la Cámara oficial del Palacio Real, estuvieron presentes sus padres, los reyes Juan Carlos y Sofía, sus hermanas, las infantas Elena y Cristina, y su abuelo, don Juan de Borbón. Don Felipe, de chaqué y luciendo el Toisón de Oro, leyó el ejemplar original de la Carta Magna firmado por don Juan Carlos en 1978, e hizo historia convirtiéndose en el primer Heredero de la Corona que prestaba juramento a la Constitución, ya que Isabel II y Alfonso XIII, cuando en su día lo hicieron, pasaron inmediatamente a reinar. “Era muy consciente ese día del compromiso que adquiría con España, con la Constitución que juraba y con la Corona, de la que soy Heredero”, diría años después.

 

Su compromiso con España le llevó a convertirse en uno de los Herederos al Trono mejor preparados de la Europa del siglo XXI. Habla con fluidez cuatro lenguas (español, inglés, francés y catalán); realizó el último curso escolar -equivalente al Curso de Orientación Universitaria- en el Lakefield College School, en Canadá; fue abanderado de la delegación olímpica española en los Juegos de Barcelona 92; de octubre de 1988 a junio de 1993, estudió en la Universidad Autónoma de Madrid, donde se licenció en Derecho, cursando también diversas asignaturas de la carrera de Ciencias Económicas con el objeto de completar su formación en esta materia, y en septiembre de 1993, inició un Máster en Relaciones Internacionales en la Edmund Walsh School of Foreign Service de la Universidad de Georgetown (Washington D.C.) del que se graduó el 26 de mayo de 1995, convirtiéndose en el primer Rey de España de la historia con tales estudios universitarios; es piloto de helicópteros, con aptitud para el vuelo instrumental en el 402 Escuadrón de las Fuerzas Aéreas del Ejército del Aire y está en posesión de las alas de piloto de helicópteros del Ejército de Tierra y de la Armada; su inquietud por la ecología que le llevó a participar en 1996 en la realización de la serie de documentales de naturaleza La España salvaje, en cuyo rodaje aceptó las condiciones de vida del equipo sin remilgos y, junto a sus compromisos de Estado, desempeñó la presidencia de numerosas organizaciones de carácter benéfico. Una carrera de fondo en la que ha ido acumulando éxitos en todos los terrenos.

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FELIPE, PRÍNCIPE ADONIS: Hoy Pierre Casiraghi, Carlos Felipe de Suecia, Harry de Inglaterra o el más joven Arthur Chatto levantan pasiones, pero ayer como quien dice Felipe de Borbón y Federico de Dinamarca eran los príncipes adonis de su generación. Los rubios mechones acaracolados, la mirada azul oceáno, el tórax hercúleo de nuestro Rey..., en definitiva esa genética besada por los dioses enamoraba a las hijas de su tiempo. Sus novias Eva Sannum, Isabel Sartorius, Gigi Howard o Tatiana de Liechtenstein fueron las más envidiadas de entonces, pero solo Letizia Ortiz se proclamó reina de su corazón, y Reina de los españoles. Tras la proclamación de Felipe como Rey de España, muchos medios de comunicación internacionales del corazón como US weekly cayeron en la cuenta de que nuestro monarca era muy atractivo, hecho evidente que muchas mamás de su quinta dan fe.

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HISTÓRICA BODA REAL: “No me considero obligado a casarme con una persona de sangre real”. Aquellas palabras eran una declaración de intenciones de un joven Felipe de Borbón que tenía claro que, pese a su condición real, antepondría sus sentimientos a la tradición de contraer matrimonio con miembros de otras casas reales. Así lo hizo cuando llegó el amor. También eligió la autenticidad a la fórmula para su declaración a la futura reina Letizia. Podría haberle pedido matrimonio en mil lugares más románticos, pero eligió su propio automóvil, un Audi azul, para proponerle el trayecto de una vida juntos. Pasaron tres semanas antes de que dijera “”; no había ninguna otra opción: estaba profundamente enamorada y era una mujer valiente. El 9 de septiembre de 2003 presentó a su novia a sus padres, don Juan Carlos y doña Sofía, y superada la prueba de fuego, vio cumplido su deseo: casarse por amor.

 

En una ceremonia celebrada en la Catedral de La Almudena en la lluviosa mañana del 22 de mayo de 2004, Felipe de Borbón y Grecia y Letizia Ortiz Rocasolano se dieron el “sí, quiero” ante los representantes de las principales familias reales de todo el mundo, en una boda calificada como la boda del siglo. “No puedo ni quiero esconderlo, imagino que salta a la vista: Soy un hombre feliz. Me he casado con la mujer que amo”. Con estas palabras de hombre profundamente enamorado, Felipe VI iniciaba su discurso durante el banquete nupcial que se celebró en el Palacio Real después del enlace, arrancaba su viaje juntos que está a punto de cumplir quince años. 

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UN PADRAZO: Felipe VI se convirtió en padre el 31 de octubre de 2005 con la llegada de la princesa Leonor; el 29 de abril de 2007 nacería la infanta Sofía. El Rey en su faceta de padre de familia se deshace en atenciones con sus princesas y comparte los momentos felices de su vida con ellas: llámense jornada de regatas, tarde de fútbol o noche de concierto con Jaume Anglada. No hace falta hacer grandes esfuerzos para imaginar cómo es el Rey como padre, basta con mirar el rostro de la princesa Leonor o de la infanta Sofía cuando él anda cerca para hacerse una idea muy aproximada.

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REY DE TODOS LOS ESPAÑOLES: Felipe VI vivió su proclamación con la responsabilidad del Rey, con la ilusión y los nervios lógicos del debutante y con los sentimientos a flor de piel del hijo, del hermano, del marido, del padre… El acontecimiento fue austero, acorde con los tiempos de crisis, y al mismo tiempo fue muy solemne como reflejaba la jura del cargo, el engalanamiento del Congreso y del Palacio Real, así como el ceremonial militar. También la emoción barrió los escenarios de la proclamación, no en vano en más de una ocasión el nudo de la garganta se deshizo en lágrimas. Quizás las partes más vistosas del programa fueron el recorrido de los Reyes hacia el Palacio Real en un Rolls Royce Phantom IV descapotable, escoltado por una sección de caballería de la Guardia Civil, y el saludo desde el balcón a una plaza abarrotada. El júbilo de los ciudadanos, que coreaban los nombres de los reyes Felipe y Letizia y ondeaban las banderas nacionales mientras aguardaban la salida al balcón de la nueva Familia Real, se desató nada más asomarse Felipe VI y, aún pareciendo imposible, se exacerbó cuando se unió a él la Reina, y todavía más cuando segundos después aparecieron la Princesa de Asturias y la infanta Sofía, incluso más cuando les acompañaron finalmente los reyes Juan Carlos y Sofía. España no se agotaba; España se crecía con cada impulso. Y, cinco años después, sigue creciéndose.

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IMPOSICIÓN DEL TOISÓN DE ORO A SU HEREDERA: El Rey celebraba el pasado 30 de enero su 50º cumpleaños en un solemne acto en el salón de las Columnas del Palacio Real con su primera imposición de la más alta distinción de la Corona española a la princesa Leonor. Había concedido la Insigne Orden a la Princesa de Asturias el 31 de octubre de 2015 a través de un Real Decreto, haciendo de su señalado décimo cumpleaños una fecha histórica, pero quiso esperar a una ocasión de oro para la ceremonia de entrega, que vinculara a padre e hija. A Rey y Heredera, como es tradición de la Monarquía española.

 

Muchos son los discursos que Felipe VI ha escrito y ha leído en estos cincuenta años, pero no tantos han sido tan emotivos como el que pronunció aquel día en el salón de las Columnas del Palacio Real. De Rey a Heredera, de padre a hija, de tú a tú, don Felipe hizo de su día el día de su hija e introdujo con esta distinción a la Princesa de Asturias en la vida institucional, a las tradiciones y deberes de la Corona que en su momento tendrá que asumir: “Sé que hoy te pueden parecer muchas exigencias y responsabilidades, todas importantes y difíciles, pero debes saber que tendrás el apoyo de muchas personas que quieren lo mejor para España, para la Corona y para ti. Tu familia estará siempre a tu lado: especialmente tu madre y también Sofía, que estarán contigo apoyándote; también tus abuelos; y por supuesto yo, tu padre, que sabes que confío en ti plenamente y que me siento enormemente orgulloso de haberte entregado esta mañana el Collar de la Insigne Orden del Toisón de Oro”.

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DE NUEVO AL COMPLETO: Hacía años que no se veían retratos de familia tan concurridos. El 80º cumpleaños de la reina Sofía reunía el pasado 2 de noviembre en un almuerzo privado a la familia del Rey (casi) al completo, incluida la infanta Cristina, que volvía al Palacio de la Zarzuela para celebrar la señalada ocasión después de una dilatada ausencia por el caso Nóos. La Casa Real difundió la fotografía de la celebración familiar a la que asistieron los reyes Felipe y Letizia con sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía; la infanta Elena con sus hijos, Felipe y Victoria Federica de Marichalar, y la infanta Cristina con sus cuatro hijos, Juan, Pablo, Miguel e Irene Urdangarin, para brindar por la felicidad de la reina Sofía, también acompañada por el rey Juan Carlos. El único ausente era Iñaki Urdangarin, que cumple condena en la cárcel de mujeres de Brieva (Ávila) desde el pasado 18 de junio tras ser juzgado por varios delitos de corrupción. El rey Juan Carlos y la reina Sofía no posaban con sus tres hijos desde el Día Nacional de 2011 y la última vez que los reyes Felipe y Letizia participaron en un posado oficial junto a la infanta Cristina fue en mayo de 2011, coincidiendo con la Comunión de Miguel Urdangarin. Felipe VI, Rey de la concordia, ha vuelto a poner en valor las buenas relaciones familiares.

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FELIPE VI, REY DE LA CONCORDIA: La monarquía renovada de Felipe VI tiene el favor de los españoles. La institución resulta bien valorada en los sondeos y el Rey obtiene buena nota como Jefe de Estado en las encuestas: un 7,4 o, lo que es lo mismo, más del doble que los líderes de los principales partidos de nuestro país. Se ha proclamado en estos años de reinado Rey de concordia nacional, que precisamente seguirá siendo uno de sus retos de este 2019. Y continuará dando prioridad a la formación oficial de la princesa Leonor, inciada en 2018, significativa de la permanencia y voluntad de durabilidad de la institución que representa.

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