Se cumple el cuarto aniversario de la proclamación de Felipe VI: los momentos inolvidables de un día histórico
Un día tal como hoy Felipe VI fue proclamado Rey de España. Han pasado cuatro años de aquel histórico 19 de junio de 2014. Con motivo del aniversario de su coronación, volvemos a zambullirnos en una jornada llena de momentos inolvidables.
Majestuosa en la austeridad. La Casa Real insistió en su día en que la proclamación de Felipe VI como Rey de España sería austera, acorde con los tiempos. Y así fue, si bien no faltó solemnidad a su coronación. La formalidad de la jura del cargo, el engalanamiento del Congreso y del Palacio Real, así como el ceremonial militar dieron su dosis al gran acontecimiento. Quizás una de las partes más vistosas del programa fue el recorrido de los Reyes hacia palacio en un Rolls Royce Phantom IV descapotable, escoltado por una sección de caballería de la Guardia Civil.
El primer acto del día. El rey Juan Carlos impuso su Fajín de Capitán General al rey Felipe VI en el Palacio de la Zarzuela antes de que el nuevo Rey saliera hacia el Congreso de los Diputados. Tras este ceremonial militar, don Felipe abrazó a su padre y se dirigió a su familia. Primero a la reina Letizia, a la que besó; después a sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía; a continuación a su madre, la reina Sofía, y a su hermana, la infanta Elena, que le correspondió con la primera reverencia ante el nuevo Rey. Por último, también besó al mayor de sus sobrinos, Felipe de Marichalar.
Perfectas princesas. La Princesa de Asturias y la infanta Sofía cumplieron con el solemne ceremonial de los actos de abdicación del rey Juan Carlos y de proclamación del rey Felipe de manera impecable a sus ocho y siete años respectivamente. No debe de ser nada fácil para unas niñas de tan corta edad ejercer de perfectas princesas en ceremonias de marcado carácter institucional, pero las hijas de los Reyes superaron con éxito su primera gran prueba.
Perfectas princesas. La Princesa de Asturias y la infanta Sofía cumplieron con el solemne ceremonial de los actos de abdicación del rey Juan Carlos y de proclamación del rey Felipe de manera impecable a sus ocho y siete años respectivamente. No debe de ser nada fácil para unas niñas de tan corta edad ejercer de perfectas princesas en ceremonias de marcado carácter institucional, pero las hijas de los Reyes superaron con éxito su primera gran prueba.
Entrada capitular. La Puerta de los Leones del Palacio de las Cortes se engalanó para la solemne proclamación de Felipe VI como nuevo Rey de España. Varias piezas de la Real Fábrica de Tapices decoraban especialmente el Congreso aquel día histórico, entre ellas, un enorme repostero de más de un siglo. Se trata de un tapiz de color rojo con un antiguo escudo de España, de 11 por 12 metros, que toma su forma de toldo con cuatro grandes barrotes de bronce. Este tapiz data de 1902 y ya se utilizó en la jura de Alfonso XIII como Rey cuando cumplió la mayoría de edad con 16 años.
Recibimiento con honores... y cariño. Vítores, aplausos y ovaciones inundaban toda la Carrera de San Jerónimo anunciando la llegada de los Reyes y sus hijas, la Princesa de Asturias y la infanta Sofía, al Congreso de los Diputados. Los recibieron las autoridades, el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el Presidente del Congreso, Jesús Posada, y del Senado, Pío García Escudero, y tras los protocolarios saludos, en los que las niñas dieron una nueva lección de formalidad, se les rindieron los honores preceptivos.
El rígido protocolo cedió. Felipe VI vivió su proclamación con la responsabilidad del Rey, con la ilusión y los nervios lógicos del debutante y con los sentimientos a flor de piel del hijo, del hermano, del marido, del padre… Mencionó, reconoció, agradeció, abrazó y besó a a los suyos en repetidas ocasiones a lo largo de la jornada. Su jornada. La Reina estuvo en todo momento muy pendiente de sus hijas, pero también de su marido, el protagonista de este día histórico.
Hacia una monarquía renovada. Los Reyes dedicaron a todos los españoles congregados los instantes previos a la solemne proclamación, a los que saludaron largamente para perderse abrazados junto a sus hijas en el interior del Palacio de las Cortes.
Casi un pleno. Asistieron a la jura del cargo 325 diputados y 259 senadores, el presidente del Gobierno y los presidentes del Congreso, del Senado, del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo, además de todos los presidentes autonómicos, incluidos el catalán y el vasco. Se ausentaron, por discrepacias, 25 diputados y 7 senadores.
Una cara familiar en las Cortes. La Princesa de Asturias y la infanta Sofía fueron perfectas princesas en la solemne ceremonia de proclamación de Felipe VI como Rey de España ante un hemiciclo lleno de extraños. Pero también dejaron muestra de su lógica espontaneidad infantil. La princesa Leonor se emocionó al descubrir a sus abuelas en sendas tribunas del Congreso de los Diputados y levantó la mano mientras sonreía, a modo de saludo. La consigna del día era comportarse muy muy bien, así que fue un gesto rápido, entre aplauso y aplauso, imperceptible.
Una cara familiar en las Cortes. La Princesa de Asturias y la infanta Sofía fueron perfectas princesas en la solemne ceremonia de proclamación de Felipe VI como Rey de España ante un hemiciclo lleno de extraños. Pero también dejaron muestra de su lógica espontaneidad infantil. La princesa Leonor se emocionó al descubrir a sus abuelas en sendas tribunas del Congreso de los Diputados y levantó la mano mientras sonreía, a modo de saludo. La consigna del día era comportarse muy muy bien, así que fue un gesto rápido, entre aplauso y aplauso, imperceptible.
Al borde de las lágrimas. El rey Juan Carlos se emocionó con la larga ovación que se le brindó en el salón de las Columnas del Palacio Real en la firma de su abdicación; el rey Felipe se emocionó tras la jura del cargo cuando el Congreso celebró su proclamación; la reina Sofía se emocionó durante el doble homenaje del Rey (en su discurso) y de las Cortes (en su aplauso) por su vida de servicio a España. Todos consiguieron contenerse difícilmente…, menos la infanta Elena. Se le saltaron las lágrimas, como tantas veces el sentimiento se salta el protocolo, cuando se rendía homenaje a su madre en el hemiciclo.
El momento más solemne de la ceremonia. La jura y proclamación no han estado exentas de emoción. Don Felipe, con la mano derecha sobre la Carta Magna, prestó juramento “de desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas”. Y el Presidente del Congreso, Jesús Posada, le ha proclamado soberano con estas palabras: "En nombre de las Cortes Españolas y la Constitución, manifestamos a la Nación española que queda proclamado Rey de España Felipe de Borbón y Grecia que reinará con el nombre de Felipe VI. ¡VIVA EL REY!, ¡VIVA ESPAÑA!". La emoción barrió el hemiciclo del Palacio de las Cortes y el nudo de la garganta se deshizo en lágrimas a muchos de los presentes.
Su primer discurso como Rey. Tras la jura y la proclamación, Felipe VI pronunció las palabras más importantes de toda su vida, su declaración de intenciones para su monarquía renovada: “Quiero reafirmar, como Rey, mi fe en la unidad de España, de la que la Corona es símbolo. Unidad que no es uniformidad. En esa España, unida y diversa, basada en la igualdad de los españoles, en la solidaridad entre sus pueblos y en el respeto a la ley, cabemos todos. En esa España, caben todos los sentimientos y sensibilidades, caben las distintas formas de sentirse español”.
Veinte cumplidos de amor y un beso al aire. Los cientos de invitados presentes en el Congreso, la inmensa mayoría representantes de los poderes políticos, se pusieron en pie para dedicar un largo aplauso a la reina Sofía tras la mención de Felipe VI a su madre en su primer discurso como Rey. La reina Sofía le agradeció a su hijo el reconocimiento a su vida de servicio a España lanzándole un beso, mientras la infanta Elena aplaudía con lágrimas en los ojos.
Invitados de los Reyes. Los familiares de los nuevos Reyes ocuparon sus asientos en las tribunas del hemiciclo del Congreso de los Diputados, situadas justo enfrente de la plataforma donde Felipe VI juró la Constitución y fue proclamado Rey de España.
Junto a la reina Sofía y la infanta Elena, que se encontraban en la Tribuna de Honor, se han reservado también algunos puestos para las hermanas del rey Juan Carlos, las infantas Pilar y Margarita, esta acompañada por su marido; para el recordado Carlos de Borbón-Dos Sicilias, único Infante de España por expreso deseo del rey Juan Carlos, y su esposa, la princesa Ana de Orleans, y para los parientes de la reina Sofía, como su cuñada, la reina Ana María de Grecia. Los familiares de los nuevos Reyes ocupan sus asientos en la Tribuna del hemiciclo del Congreso.
También siguieron la ceremonia desde este punto los familiares de la reina Letizia: sus padres, Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano; su hermana Telma; su abuela paterna, Menchu Álvarez del Valle, y su recordado abuelo materno, Francisco Julio Rocasolano, entonces de 96 años.
Nacimiento de una Reina. Doña Letizia no vistió de largo en la histórica jornada de la proclamación de Felipe VI como Rey de España, como en su día vistiera la reina Sofía en la proclamación del rey Juan Carlos; ni tuvo varios cambios de ropa para los distintos actos de celebración, como tuviera la reina Máxima en la investidura de Guillermo Alejandro de Holanda o la reina Matilde en la coronación de Felipe de los belgas. Y, sin embargo, con un único traje de su diseñador de cabecera, Felipe Varela, (un vestido y un abrigo en crepe de verano con un ligero bordado degradé en cristales rubí, ámbar y rosa talco y microperlas en crema); de blanco, igual que en todas sus fechas señaladas; sin tiara real ni joyas aparentes, ascendió al trono de la elegancia y se coronó en la prensa internacional.
Leonor, Princesa de Asturias. Tras la ceremonia de proclamación de Felipe VI como Rey de España, Leonor abandonaba el infantado y se convertía en la XXXVI Princesa de Asturias con ocho años de edad. Como Heredera de la Corona, además recibía los títulos de Princesa de Girona y Princesa de Viana, correspondientes a los primogénitos de los Reinos de Castilla, Aragón y Navarra, cuya unión formó en el siglo XVI la Monarquía española. Y ostentaba, asimismo, los títulos de Duquesa de Montblanc, Condesa de Cervera y Señora de Balaguer.
Los primeros trajes históricos de la princesa Leonor y la infanta Sofía. Las hijas de los Reyes lucieron vestidos iguales, algo poco habitual en ellas, pero en diferente color: la princesa Leonor, en rosa pálido, y la infanta Sofía, en verde agua. Un diseño brocado de seda natural, con manga francesa, un lazo lateral en la cintura y falda de vuelo, confeccionado a medida por las modistas asturianas Nieves García Torres y Teresa Fernández Castro. A sus pies, manoletinas de la firma de calzado Eli. Como detalle, mientras que la princesa Leonor llevaba el pelo despejado con dos trenzas, una a cada lado; la infanta Sofía se coronaba con una delicada diadema con una libélula de adorno.
Los primeros trajes históricos de la princesa Leonor y la infanta Sofía. Las hijas de los Reyes lucieron vestidos iguales, algo poco habitual en ellas, pero en diferente color: la princesa Leonor, en rosa pálido, y la infanta Sofía, en verde agua. Un diseño brocado de seda natural, con manga francesa, un lazo lateral en la cintura y falda de vuelo, confeccionado a medida por las modistas asturianas Nieves García Torres y Teresa Fernández Castro. A sus pies, manoletinas de la firma de calzado Eli. Como detalle, mientras que la princesa Leonor llevaba el pelo despejado con dos trenzas, una a cada lado; la infanta Sofía se coronaba con una delicada diadema con una libélula de adorno.
¿Cómo estaba la plaza del Palacio Real de Oriente? Abarrotada. Muchos españoles madrugaron para hacerse con un buen sitio y permanecieron largas horas a la espera del momento histórico. El júbilo de los ciudadanos, que coreaban los nombres de los reyes Felipe y Letizia y ondeaban las banderas nacionales mientras aguardaban la salida al balcón de la nueva Familia Real, se desató nada más asomarse Felipe VI y, aún pareciendo imposible, se exacerbó cuando se unió a él la Reina, y todavía más cuando segundos después aparecieron la Princesa de Asturias y la infanta Sofía, incluso más cuando les acompañaron finalmente los reyes Juan Carlos y Sofía. España no se agotaba; España se crecía con cada impulso. Así estaba la plaza.
Los nuevos Reyes se asoman por primera vez al balcón del Palacio Real. "¡Felipe, Felipe", "Viva el Rey", "España, España"... Los reyes Felipe y Letizia, unidos en su camino hacia el trono como Príncipes de Asturias, comenzaban su nueva singladura con la fuerza de su unión.
El primer saludo en el balcón de la Princesa de Asturias y la infanta Sofía. La princesa Leonor y la infanta Sofía acompañaban a sus padres en los actos del histórico día de su proclamación, y a la vez se enfrentaban a algunas de las primeras veces más importantes de su vida oficial, tales como su primera salida al balcón del Palacio Real. Las niñas no pudieron evitar dar muestras de cansancio, pero corona obliga y como dos buenas princesitas cumplieron las indicaciones de sus padres saludando a la multitud congregada en la plaza.
Otro principio, otro beso. Rememorando aquel 22 de mayo de 2004, cuando salieron al balcón principal del Palacio Real convertidos en marido y mujer, los nuevos reyes Felipe y Letizia comenzaban otro importante capítulo de su vida con otro efusivo beso en la mejilla como el de aquel día.
La nueva Familia Real se asoma por primera vez al balcón del Palacio Real. La ovación de la multitud se hizo si cabe aún más sonora cuando los reyes Juan Carlos y Sofía salieron al encuentro del que ha sido su reino durante casi cuarenta gloriosos años. Los dos se mostraron muy sonrientes y agradecidos por todas las entusiastas muestras de cariño y, tras saludar unos instantes, volvieron al interior de palacio para dejar todo el protagonismo a los nuevos soberanos.
Cariño ‘real’ en el balcón. El rígido protocolo dio paso libre a la emoción en el primer encuentro de la nueva Familia Real con su reino. La espectacular vista ante sí de la Plaza de Oriente a rebosar y el júbilo de los presentes derribaron todo precinto de contención. Y el cariño ‘real’, que pocas veces asoma, asomó. Besos y abrazos llenos de significado entre el rey Juan Carlos y el nuevo Rey; entre la reina Sofía y la nueva Reina, y entre los reyes Juan Carlos y Sofía salieron al mirador.
Cariño ‘real’ en el balcón. El rígido protocolo dio paso libre a la emoción en el primer encuentro de la nueva Familia Real con su reino. La espectacular vista ante sí de la Plaza de Oriente a rebosar y el júbilo de los presentes derribaron todo precinto de contención. Y el cariño ‘real’, que pocas veces asoma, asomó. Besos y abrazos llenos de significado entre el rey Juan Carlos y el nuevo Rey; entre la reina Sofía y la nueva Reina, y entre los reyes Juan Carlos y Sofía salieron al mirador.
Pendiente de todos. El rey Juan Carlos, el otro protagonista del relevo del trono, no quiso quitar protagonismo a su hijo en el gran día de su proclamación y solo cuando concluyó la solemne ceremonia en el Palacio de las Cortes se unió a Felipe VI en el balcón del Palacio Real. También entonces sus propios sentimientos pasaron a un segundo plano y, cuando el cansancio de todo el día comenzaba a hacer mella, se preocupó de animar a la princesa Leonor.
Desde su punto de vista. Los Reyes agradecieron las felicitaciones y el esfuerzo de todos para hacer posible la proclamación con una fotografía a la contra de este mismo instante.
La proclamación de Felipe VI como Rey de España fue una fiesta nacional.
Coronan su primer día de reinado con una recepción. Los nuevos Reyes pusieron el broche de oro a esta jornada histórica ofreciendo su primera recepción oficial a los más de 2.000 invitados, representantes de la sociedad civil española. Los reyes Felipe y Letizia cursaron las invitaciones con el deseo de reunir en el Palacio Real a una "muestra muy amplia" de la sociedad española con motivo de la proclamación, siguiendo el mismo modelo de recepción que la que sigue cada 12 de octubre al desfile militar con el que se conmemora la Fiesta Nacional. Aparte de los habituales -autoridades y políticos-, en esta especial y festiva ocasión se citaron a representantes del mundo de la cultura, el deporte o la ciencia. El entonces Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y todos los miembros de su Gabinete abrieron los saludos siendo los primeros en felicitar y estrechar la mano de los nuevos soberanos en esta celebración final, a la que asistían los máximos responsables de los poderes del Estado. Los Reyes concluyeron la recepción sobre las 15:00, pero apenas tendrían descanso los primeros días de reinado. La agenda oficial incluía varias importantes citas. El primer acto oficial de los nuevos Reyes, tras el despacho del viernes de don Felipe con el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en La Zarzuela, sería un encuentro con las víctimas del terrorismo, de todas las asociaciones, en el Palacio Zurbano de Madrid.
Colorida recepción. El torero Enrique Ponce y su mujer, Paloma Cuevas, con un vestido de la casa Valentino de color rojo español, fueron invitados a palacio en el histórico día de la proclamación.
Colorida recepción. Luis Alfonso de Borbón con su esposa, Margarita Vargas, augurando un próspero reinado con un vestido verde esperanza de Roland Mouret con el que marcaba figura, fueron de los privilegiados asistentes a la primera recepción de los nuevos Reyes.
Uno a uno... hasta los 2.000 invitados. El rey Felipe y la reina Letizia acogieron el dilatado besamanos en el Salón del Trono del Palacio Real, donde saludaron uno a uno a los miles de invitados. Luis del Olmo, la voz de las ondas españolas, fue recibido por los nuevos Reyes de España en su primera recepción oficial, al igual que la actriz Ana Duato, que destacó en Palacio por su sencillez, elegancia y simpatía.
La nota musical de la recepción. Alejandro Sanz junto a su esposa, Raquel Perera, embarazada de su segunda hija, así como David Bisbal, daban el do de pecho en la larga lista de invitados de los nuevos Reyes. La mujer de Alejandro Sanz, a escasas semanas de dar a luz, lució para la ocasión un vestido de encaje crudo y rosa que dejaba de manifiesto su avanzado estado de gestación. Por otro parte, David Bisbal llegó solo luciendo un elegante traje de chaqueta sin corbata y camisa blanca.
La nota musical de la recepción. Alejandro Sanz junto a su esposa, Raquel Perera, embarazada de su segunda hija, así como David Bisbal, daban el do de pecho en la larga lista de invitados de los nuevos Reyes. La mujer de Alejandro Sanz, a escasas semanas de dar a luz, lució para la ocasión un vestido de encaje crudo y rosa que dejaba de manifiesto su avanzado estado de gestación. Por otro parte, David Bisbal llegó solo luciendo un elegante traje de chaqueta sin corbata y camisa blanca.
Siempre detallistas. Los nuevos Reyes ejercieron como perfectos anfitriones en su primera recepción en el Palacio Real con motivo de su histórica proclamación. Don Felipe y doña Letizia se mostraron cariñosos y afectuosos con todos y cada uno de los miles de asistentes, a los que saludaron uno por uno dedicándoles una afable sonrisa, un sentido apretón de manos, un comentario particular... Durante el largo besamanos, la reina Letizia, utilizó la lengua de signos con la Presidenta de la CNSE.
La otra proclamación de Felipe VI como Príncipe de Asturias. La ceremonia no tenía precedentes históricos pero dada la reciente restauración de la Monarquía la fórmula adquiría gran significación. La proclamación de don Felipe como Príncipe de Asturias tuvo lugar el 1 de noviembre de 1977, hace 40 años, en la explanada de la Basílica de Covadonga, donde recibió la Cruz de Príncipe de Asturias de manos del rey Juan Carlos con estas palabras: “Esta es también tu cruz. Tu cruz de Rey”.