La pequeña Irene recibiendo las aguas bautismales del Jordán, como es tradición en los acristianamientos de la Familia Real española.
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Acompañaron a la Familia Real española en el feliz acontecimiento un total de 50 invitados, entre los que se encontraba la familia más allegada de Sus Majestades los Reyes, así como el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y su esposa, Sonsoles Espinosa.
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Antes de la ceremonia, los Duques de Palma posaron con la pequeña Irene, su primera hija después de tres varones, en brazos.
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Como muchas de las damas invitadas, la princesa Letizia, que se encuentra en su quinto mes de embarazo, combatió el calor con un abanico.
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Los abuelos paternos de la pequeña Irene, Juan María Urdangarín y Claire Liebaert, rodeados de todos sus hijos y nietos, estuvieron también en el bautizo.
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Imagen de los Duques de Palma con la pequeña Irene y los Reyes de España.
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Entre todos los invitados se comentaba alegremente como la pequeña Irene había permanecido tranquila, en brazos de su madre, durante toda la ceremonia
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Las palabras que dedicó monseñor Rouco Valera a la pequeña Irene, cuarta hija de los Duques de Palma, fueron de alegría por recibir a un nuevo miembro de la comunidad cristiana
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La Princesa de Asturias, pese a las altas temperaturas que se vivían en Madrid, permanecía atenta a la ceremonia sin aparentes muestras de fatiga pese a lo ya avanzado de su embarazo
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La Princesa de Asturias, en su quinto mes de embarazo, junto a Laura Ponte, esposa de Beltrán Gómez-Acebo y Borbón, que recientemente dio a luz a su primer hijo, observan a Irene de Todos los Santos Urdangarín y de Borbón
