En su recorrido por las nuevas instalaciones de COINRE, en Badalona, la infanta Cristina se detuvo en las mesas de los trabajadores con los que charló animadamente.
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La divertida jornada concluyó con la tradicional foto de familia, tras la cual todos, muy ilusionados, quisieron despedirse de la Infanta con un beso.
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La Duquesa de Palma conquistó los corazones de todos cuántos allí se encontraban.
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Instantes antes de descubrir la placa conmemorativa de la inauguración de esta nueva sede, Gema, una de las empleadas, se acercó tímidamente a ella para regalarle una cesta con dos velas.
