Realeza y personalidadesNoticias

14 OCTUBRE 2004
La princesa Victoria de Suecia ha pasado unos días en Milán en compañía de su novio —a la vez que su monitor personal de gimnasia, Daniel Westling —, con el que lleva saliendo más de dos años, y cuya relación sus padres, los reyes Carlos Gustavo y Silvia, todavía siguen sin ver con buenos ojos.

Victoria —la única mujer de su generación que en su día heredará un Trono en Europa (las princesas Amalia de los Países Bajos, Elizabeth de Bélgica e Ingrid Alejandra de Noruega, que en su día serán Reinas, forman, obviamente, parte de las últimas generaciones de la realeza europea)— sigue luchando por conseguir la aprobación de su noviazgo, a pesar de que es, sin duda, consciente que en caso de que quisiera casarse con Daniel tendría que contar con la aprobación no sólo de su padre, el Rey, sino también del Parlamento, y el sentir popular apunta al hecho de que, al menos por el momento, Daniel Westling no cuenta con la formación suficiente para asumir el papel oficial que le estaría reservado con la heredera del Trono.

No faltan, por otra parte, quienes apuntan a la posibilidad que, en caso de que la princesa Victoria siguiera en sus trece, se le plantearía un difícil problema a la Monarquía sueca, que tendría que pensar en el príncipe Carlos Felipe como sucesor si ésta renunciara al Trono por amor. Este asunto, sin duda, está muy presente también tanto en la princesa como en su novio, quienes, como decimos, han pasado unos días en Milán, donde Victoria aprovechó para ver las novedades de las últimas colecciones y realizar algunas compras.