La princesa Estefanía con su nuevo "look", posa como una modelo en la residencia del artista Peter Klasen, en Niza
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Una nueva imagen de Estefanía con el pelo muy negro, rizado con tirabuzones destructurados, maquillaje sobrio y "glamuroso" y camisa con un pantalón negro en seda salvaje



3 NOVIEMBRE 2003
Ha sido en un día soleado de octubre cuando ha tenido lugar nuestra cita con Su Alteza Serenísima la princesa Estefanía de Mónaco,en lo alto de Niza, concretamente en la casa y el taller minimalista del artista contemporáneo Peter Klasen. El techo tiene más de doce metros de altura, y las paredes, blancas, unos inmensos ventanales, que dejan ver un fantástico jardín lleno de árboles y una gran piscina azul turquesa.

Nada molesta la mirada arrebatada que se pierde en la lejanía, parecida a una tarjeta postal de la bahía mediterránea. Es una arquitectura estricta, bañada de luz, que da todo su sello y su encanto a este entorno que podría asemejarse a la California de los años veinte, o sencillamente a otro mundo, el de lo refinado.

Claudine Klasen, la dueña de la casa, ha diseñado los muebles que se encuentran en ella. Las estantería sen hierro forjado pintado que muestran una colección de arte africano—máscaras, escudos, antiguas monedas de cambio— y también un canapé de seis metros estilo meridiano y unas mesas bajas igualmente en metal pintado con brocha. Dos pufs cuadrados completan el lugar, así como dos pieles de cebra a modo de alfombras que destacan sobre las losas de pizarra del suelo.

Un nuevo look

A las once llega la princesa Estefanía, sonriente, en «jeans» y zapatillas deportivas, un jersey con grandes mallas con motivos, un pequeño gorro de punto multicolor calado hasta los ojos y con aspecto relajado. Peter Klasen le da la bienvenida con estas palabras: «Alteza, qué placer recibirla de nuevo...». .

Quiso besarle la mano, pero Estefanía le abrazó como una antigua conocida. «Maestro, todo el placer es mío», y se apresuró a añadir: «¡Estoy impaciente por ver la obra!» (la última creación del artista). «Un poco de paciencia, Alteza...». .

Peter dirige a todas las personas reunidas hacia una pieza contigua, que sirve de cabina de maquillaje yde preparación para nuestra sesión de fotos. Una sesión que, más tarde,fue calificada de «¡histórica!» por el propio Peter Klasen. En efecto, Estefanía no había posado así desde hace más de quince años,época en que era modelo. Entonces no era ella misma, sino que representaba la imagen del «sponsor»..

Hoy todo es diferente, ya no hay que interpretar papeles: Estefanía es ella, pero también es la princesa...Con emoción la vimos aparecer, sonriente, con su nuevo «look»: su cabello negro rizado con tirabuzones sabiamente desestructurados, un maquillaje sobrio, pálido y «glamouroso», una camisa en seda salvaje cruda,de Charvet, y un pantalón negro del mismo material. Un brazalete rígido con diamante negro, de Grisogono,adorna su muñeca. Una hermosa sonrisa ilumina su rostro. Estefanía estaba preparada....

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