Una vez que das con el artista que hará magia con la tela y la aguja, es hora de vivir el proceso de creación más esperado y especial durante la preparación de la boda. Una experiencia única en la que Gema nos confiesa "podría decir que, en cada prueba, aprendí un poco más de moda". Y así es, dejarse en las manos de los expertos da lugar a que nazcan auténticas obra de arte como la que lució aquella tarde de noviembre al atardecer.
Y no solo en cuanto al traje, también le aconsejó sobre los complementos que mejor encajarían, "recuerdo cuando hablamos de zapatos y me dijo 'sandalias, ¡no lo dudes!' La explicación de cómo afectaba al corte del vestido y la caída recta y limpia del mismo… Tenía toda la razón". Así que se decantó por unas minimalistas de Aquazzura.
- Un vestido con capa de gasa desmontable para Paula, la novia que se casó en un pueblo de Cáceres