Poco a poco estamos viendo un cambio entre las novias que dejan a un lado la idea de llevar más de un vestido, hay quien prefiere llevar uno convertible, y otras, que, como Sara, no quieren desprenderse del suyo en ningún momento. "Lo único que me quité durante la comida fue el velo, quería aguantar con el vestido todo el día, ni me recogí la cola, era tan ligera que no me molestó en ningún momento. Es un vestido que solo me iba a poder poner una vez y quería vivirlo y exprimirlo al máximo" explica sobre su elección.
- Eugenia, la novia velada que se casó con un vestido de satén y mangas de tul en los Picos de Europa