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Un vestido de cuento de hadas

Lo más importante a la hora de elegir el vestido de novia es que sea el fiel reflejo de tu personalidad, independientemente de las tendencias que se lleven en el momento. Y Belén Corsini, la nueva condesa de Osorno tras su enlace con Carlos Fitz-James Stuart, ha demostrado una vez más que la sencillez es parte del triunfo estilístico tanto de sus looks casuales como del vestido de sus sueños. Su traje nupcial está firmado por Navascués, uno de los talleres madrileños más importantes del país desde hace cuatro décadas que ha vestido a la aristócrata Lulu Figueroa Domecq y la actriz Dafne Fernández. En esta ocasión la diseñadora Cristina Martínez-Pardo Cobián ha sido nuevamente la mano mágica para crear el vestido de cuento de hadas que Corsini ha lucido este pasado sábado en los jardines del Palacio de Liria. Un impecable diseño de inspiración romántica, que podríamos ver hasta en el reparto de la serie de Los Bridgerton, con la favorecedora silueta imperio, el clásico escote en 'V' y unas llamativas mangas abullonadas que han aportado delicadeza al estilismo. 

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Una inolvidable cola de plumeti

El traje de la condesa de Osorno estaba confeccionado en georgette de seda natural con doble falda y enagua en satín con remate bordado. Pero quizás, lo más impactante fue la imponente cola de plumeti bordada con pequeñas flores rosas oscuro sobre gazar, una pieza independiente al vestido que se camuflaba a la perfección con la decoración primaveral del altar y el pasillo. Este alegre estampado, que también llevaban en su ropa los niños de arras, hizo que Belén se conviera en una de las novias más sofisticadas de la Casa de Alba. Y a diferencia de otras, únicamente llevó una pieza de joyería de su familia política. Se trataba de un pequeño tocado de plata y brillantes con motivos florales y colocado alrededor de la coleta de caballo ondulada. 

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La estratégica silueta en 'A'

Alejada de las tendencias del momento de firmas comerciales o más conocidas, el 6 de octubre de 2018 la futura duquesa de Alba confió en la creatividad de su tía, la modista Teresa Palazuelo. Un maravilloso modelo de organza y manga corta, con un discreto escote en pico que resume a la perfección la sencillez y la elegancia todo lo que un vestido puede llegar a ser sin necesidad de apliques lujosos como los brocados o encajes. La clásica 'silueta A' marcaba ligeramente su cintura y a sus pies caída una falda larga con volumen, un código estilístico que utilizaba el gran diseñador Cristóbal Balenciaga en los años cincuenta y que a pesar del tiempo dota de máxima sofisticación a las novias.

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¿Dónde quedaron las tiaras de la familia?

Al igual que Corsini, Palazuelo optó por una larga cola desmontable que se convirtió en la protagonista del enlace, pero no, no era la cola típica que solemos ver en las bodas reales y de la alta sociedad. En esta ocasión, nacía como una ligera capa de organza sobre sus hombros y caía de forma majestuosa varios metros hacia el suelo aportando ese toque regio al traje. Tampoco llevó velo, ni tiara, ni las joyas de la familia política, a pesar de ser la primera boda de un heredero de la Casa de Alba que se celebrabra después de 30 años. Sofía optó nuevamente por la sencillez que tanto la caracteriza y lució un delicado tocado de plumas blancas en forma de 'U' de la diseñadora Teresa Briz que añadió a su moño bajo tipo bailarina, unos pendientes colgantes y una pulsera, ambas en oro blanco. Y sí, fue ella la primera novia que rompió con la tradición familiar de no llevar tiara camino al altar, un hecho que la ha unido directamente con su cuñada Belén Corsini. 

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Las otras joyas de la familia

Por su parte, la mujer de Carlos Fitz James- Stuart escogió una pieza de la Casa de Alba. El precioso broche que sujetaba su velo de novia. Si embargo, el guiño a su familia fueron unos pendientes de brillantes muy especiales que pertenecieron a su abuela materna.

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Un tocado de plumas

Mucho se habló de la posibilidad de qu Sofía la tiara de la Emperatriz Eugenia puesto que algún día será duquesa de Alba y esa misma joya vintage fue la que lució la abuela de su esposo, Fernando Fitz-James Stuart, Sin embargo, Palazuelo optó por dar protagonismo al vestido convirtiendo. Su tocado de plumas se conviertió esa temporada en uno de los accesorios nupciales más imitados. 

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