Marta siempre había pensado que algún día quería casarse, pero no es una de esas chicas que, desde pequeña, sueñan con su boda o se interesan mucho por en mundo nupcial. Por eso, cuando llegó el momento de empezar con los preparativos tuvo que investigar bastante hasta dar con los proveedores que más le gustaron. Y sí, también con el vestido de sus sueños. "Lo del vestido fue amor a primera vista, tanto con la firma como con el equipo. Estuve buscando y visitando diferentes sitios, pero no conecté, ni me sentí con nadie como con ellas. La tranquilidad y la profesionalidad con la que lo hicieron todo fue brutal. Y tuvieron mi vestido en menos de 3 meses, aunque había piezas hechas a mano. ¡Fue un sueño!".