1/10 © Marián González Gonzalo. Foto: Días de Vino y Rosas

El día de su boda Marián llevó un vestido 3 en 1 que fue evolucionando a lo largo de la celebración. Este original diseño fue obra de Isabel Núñez que, desde la primera reunión en su atelier, captó la idea que la santanderina tenía para su gran día. Quería que el vestido la representara y que fuera muy cómodo. 

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Sobre un vestido confeccionado en tul bordado con pequeñas hojas, la novia lució un chaleco con grandes hombreras, entallado en la cintura por un fajín, con una cola de un par de metros y detalles y aberturas en la espalda que permitían ver el vestido que había debajo. 

3/10 © Marián González Gonzalo. Foto: Días de Vino y Rosas

Aunque apostó casi por un total look blanco, añadió notas de color en una de sus joyas, un anillo de zafiro que le había regalado su hermana semanas antes de la boda, y en los zapatos, un diseño de tacón cómodo y de color champagne. 

4/10 © Marián González Gonzalo. Foto: Días de Vino y Rosas

El ramo también ayudó a dar un toque de color al conjunto. Se trataba de un bouquet obra de José Pérez floristas, que tenía eucalipto, brezo y cardo azul. Los colores del otoño.

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"Después de la ceremonia y el cóctel, me solté el pelo, me puse una preciosa tiara de circonita de la marca A.B.Ellie, y me quité el chaleco. Era el momento de disfrutar, ¡así que me puse lo más cómoda posible!", explica Marián.

6/10 © Marián González Gonzalo. Foto: Días de Vino y Rosas

Aquel día llovió, pero eso no impidió que Marián y Jesús disfrutaran de uno de los días más bonitos de su vida. "El día de mi boda me desperté tan feliz, que ni miré por la ventana. Antes de salir de casa pregunté a mi padre: ¿hay que coger paraguas? Todos los presentes pusieron cara de pena, pero lo cierto es que a mí me dio exactamente igual. En realidad, pensé: van a quedar unas fotos preciosas bajo la lluvia. ¡Y así fue!"

7/10 © Marián González Gonzalo. Foto: Días de Vino y Rosas

La boda se celebró en la Parroquia del Santísimo Cristo de Santander, la misma iglesia en la que se casaron los padres de Marián. La otra gran coincidencia fue que el sacerdote que bendijo su unión aquel día fue el mismo que había estado presente en el enlace de sus padres 35 años antes.

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La celebración fue en la Huerta de Cubas, un bonito invernadero situado en un pequeño pueblo cántabro a solo 20 minutos de Santander. Para que en el gran día todo saliera como estaba previsto, Marián y Jesús contaron con la ayuda de la wedding planner Vanessa Abascal y todo su equipo. ¿El resultado? De diez.

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"Cuando decidimos casarnos teníamos claras solo dos cosas: el catering y que no haríamos regalitos a la gente. Meses después teníamos: unas pulseras como donación a la fundación española contra el cáncer (nos casamos el día mundial del cáncer de mama), una latita de anchoas con nuestros nombres, distintos tipos de colonia en formato mini para todos los chicos, un pintalabios de MAC para las chicas y una bolsa personalizada con nuestras iniciales con una pashmina y chanclas para todas las invitas. Se me fue de las manos", cuenta Marián divertida.

10/10 © Marián González Gonzalo. Foto: Días de Vino y Rosas

Dice el refranero que una boda lluviosa es también dichosa, algo que queda claro después de ver las caras de felicidad que novios, familiares y amigos tienen en las fotos de aquel gran día.

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