1/8 © Paula Célières. Fotografía: Lorena San José

Paula nos explica que una de las sensaciones más especiales del día de su boda fue sentir a Martina, su bebé. "La noté moverse durante la ceremonia, y justo al dar los anillos. No se puede explicar. Nos casamos los tres", recuerda. Cuando dio el 'sí, quiero' a Tomás estaba embarazada de 28 semanas.

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Encontrar el diseño perfecto no siempre es fácil. Y aunque Paula nunca fue una novia convencional, si tenía más o menos planificado el diseño de su vestido cuando descubrió que estaba embarazada. "Quedarme embarazada fue una sorpresa, no estaba planeado... ya teníamos mas o menos el diseño hecho y tuvimos que cambiarlo por completo".

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Alejandra Svarc y su equipo crearon un elegante y favorecedor diseño que no solo cumplía con los requisitos que buscaba Paula, sino que representaba su personalidad y su estilo. 

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Sobre el vestido lució un abriguito de encaje, una pieza única con la que no solo protegerse del frío, sino conseguir un look nupcial convertible en cuestión de segundos. 

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Para poder bailar toda la noche Paula no se cambió de calzado, eligió desde el primer momento unas alpargatas blancas de Castañer.

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"Quería casarme con algo azul como marca la tradición, también porque es el tono del mar de Formentera y mi color favorito. Creo que hay cosas que no se deben perder. Mi boda fue muy poco común así que me apetecía algo más conservador y tradicional, cargado de sentimiento y significado". Algo que encontró en los pendientes de Suarez que llevó aquel día.

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Para la fiesta, Paula tenía claro que quería llevar una corona de flores. Confiesa, además, que bailó toda la noche, ¡aguantó hasta las cinco de la mañana! 

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El pasado 14 de septiembre, Paula y Tomás se casaron en Formentera y, aunque las previsiones anunciaban que la DANA iba a azotar aquel sábado la isla, solo estuvo nublado y a la hora de la ceremonia había un poco de viento. Paula asegura que fue un milagro.

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