Mitos y verdades sobre el vestidor de 'Marie Antoinette', la serie sobre la última reina de Francia
La primera temporada del proyecto ha desatado un gran debate por su enfoque feminista y moderno vestuario
María Antonieta llegó con 14 años a Francia para casarse con Luis XVI y convertirse en la última Reina del país, aunque acabaría en la guillotina tras la Revolución, en 1793.
Al llegar a las cortes de Versailles, María Antonieta comenzó a vestirse con trajes hechos en Francia para mimetizarse y dejar atrás sus raíces austríacas.
Ahora, la galardonada guionista Deborah Davis se ha propuesto desafiar todo lo que creemos conocer de ella con la nueva serie Marie Antoinette, una producción anglo-francesa que se estrenó este mes en Canal+.
Su guion de corte feminista y moderno, sumado a las licencias que se tomaron en torno al icónico vestuario de la desgraciada Reina, desataron la polémica en torno a esta nueva serie.
La directora de vestuario, Marie Frémon, vistió a su protagonista con una paleta de azules, verdes y grises; vestidos más fluidos, y corsés menos ajustados.
Emilie Schüle tiene más en común con su personaje de lo que pensaba: “Teníamos que empezar con el vestuario de inmediato, pero yo no hablo nada de francés. Así que me sentí como una extranjera, como se sintió María Antonieta cuando llegó de Austria”.
Estar fuertemente atada por el corsé y los accesorios alteró sus hábitos alimenticios, le impedía ir al baño y la hizo completamente dependiente de otras personas para vestirla y desvestirla.
María Antonieta llevaba siempre les grand corps, una versión más rígida y ajustada del corsé clásico, pero Frémont se decantó para la serie por vestidos con corsés estándar de tejidos livianos.
Debemos reconocer que en Marie Antoinette sí hubo réplicas similares de algunos de los vestidos más populares de María Antonieta, como el infame modelo Chemise, realizado con algodón blanco.
Que María Antonieta llevase este vestido semitransparente y fluido en exteriores era algo inaudito para una mujer de tan alto poder en el siglo XVIII, pero rápidamente lo puso de moda en toda Europa.