En 2018, regresó el Saddle, de Dior, y un año más tarde, el Baguette, de Fendi. Distinguirse es cada vez más difícil y ya no basta comprar la última novedad de las pasarelas, por lo cual tanto milennials como centennials -cansados de llevar lo mismo que todos- están apostando por la recuperación de piezas especiales, antiguas o de colección.