Así como en la década de los ochenta las mujeres exigieron y asumieron su ingreso definitivo al campo laboral, -plasmado en la moda con la reinvención del traje de Giorgio Armani o Yves Saint Laurent, siluetas volumétricas, la ostentosidad de los logos y joyería de impacto- las mujeres de esta generación volverán a una supuesta normalidad enfundadas en maximalismo puro.