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Los Reyes han viajado esta semana a Dinamarca con motivo de un viaje de Estado que ha dado mucho que hablar, en el cual, como era de esperar, la reina Letizia ha generado numerosos titulares gracias a sus impecables estilismos. Tres actos de día, un banquete de gala y una cena formal: cinco actos en total en los que nos han sorprendido especialmente las joyas que ha llevado, puesto que ha recurrido a impresionantes piezas tanto del joyero de doña Sofía como pertenecientes a las joyas de pasar, es decir, parte del legado de la reina Victoria Eugenia, quien estipuló que pasara de mano en mano de las reinas de la corona española, por lo que, cuando llegue el momento, pertenecerán a Leonor. Analizamos la historia de cada una de ellas junto a la experta en alta joyería y joyas vintage Sara Benavente.

 

Los 'pájaros' de rubíes  

En su primer acto de este viaje, la Reina escogió un look minimalista que remató con unos impresionantes pendientes que acapararon todas las miradas, unas piezas en forma de pájaros cuajados de diamantes sobre círculos de rubíes -piedras históricamente relacionadas con la realeza- que pertenecen a la colección de la reina Sofía. 

Los cinco looks de la reina Letizia en Dinamarca: de su vestido de gala a los pendientes de doña Sofía

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La tiara "buena"

Para la cena de gala que tuvo lugar la primera noche en Copenhague, la Reina completó su look, como se esperaba, con una tiara del joyero real. Concretamente, se decantó por la de Flor de Lis, conocida como "la buena". Fue una de las preferidas de doña Sofía, quien la llevó en numerosas ocasiones, entre ellas, la despedida del rey Juan Carlos en 2014. Tras aquel día, pasó a poder ser usada por doña Letizia, y, de hecho, es también una de las que más le gustan a ella. 

Como nos explica Sara, es una de las piezas más representativas del lote 'de pasar', ya que se trata del regalo de pedida de Alfonso XIII a Victoria Eugenia, quien la lució el día de su boda, aunque, como nos cuenta la joyera, ha sufrido varias modificaciones desde entonces. Es obra de la casa madrileña Ansorena y está confeccionada en platino con 450 diamantes y 10 perlas con charnelas. Presenta "tres flores de lis, símbolo de la dinastía heráldica de los Borbones, unidas por roleos y motivos vegetales".
 

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La tiara "buena"

Las fotografías tomadas a lo largo del reinado de Victoria Eugenia dejan claro que la pieza se fue transformando para adaptarse a las modas y gustos de su portadora. Como cuenta Sara, los cambios más notorios son "el ancho de la misma y la inclusión de algunos diamantes en la parte central", esto último un encargo de la reina Victoria a la joyería Cartier. En esta imagen, vemos cómo era originalmente, con una forma más circular.

 

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Los pendientes de chatones

Para asistir a la cena del martes, se decantó por sus pendientes preferidos del lote de pasar, un par de diamantes con talla orla montados en garra rodeados de piedras más pequeñas que, de nuevo, pertenecieron a la reina Victoria Eugenia. Doña Sofía los llevó en numerosas ocasiones, y se los prestó a la infanta Cristina para que los luciera el día de su boda. 

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Los pendientes de chatones

El rey Alfonso XIII le regaló a su mujer un collar rivière creciente con motivo de su enlace, un tipo de diseño que, tal y como apunta Sara, "ganó popularidad a mediados del siglo XIX". La diseñadora explica que estas joyas consistían en piezas a las que les iban añadiendo gemas "en celebraciones simbólicas de hitos, con cada festejo, alumbramiento o cumpleaños". En el caso de Victoria Eugenia, llegó a ser tan largo que decidió dividirlo en dos, uno más largo y otro corto tipo gargantilla, y apartó dos de los chatones para "montarlos en platino y adornarlos con una orla de diamantes" para hacer unos pendientes. En la imagen, tomada en 1923, posa con ellos y la anteriormente citada tiara de Flor de Lis.

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Las pulseras  'gemelas'

La reina Victoria Eugenia realizó un encargo a la casa Cartier para darle una segunda vida a una pequeña corona que encontró algo pasada de moda. ¿El resultado? dos brazaletes idénticos que doña Letizia adora llevar tanto juntos como separados, aunque para su última cena de gala ha decidido lucir solo uno en su brazo izquierdo. Junto a los pendientes de chatones,  son las joyas de pasar que más ha utilizado desde que es reina de España, y eso que, en su día a día, nunca lleva pulseras.

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Las pulseras 'gemelas'

Es probable que estas dos pulseras sean dos de las piezas del joyero real que más hemos visto las últimas décadas, puesto que a la reina Sofía también le encantaban. En la imagen, la vemos con una de ellas en la boda de los príncipes Federico y Mary de Dinamarca, junto con los citados pendientes de chatones, el collar a juego y la tiara art decó de perlas y diamantes de Cartier.

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Los maxipendientes de Zafiros

En este mismo banquete, sorprendió al apostar por el 'más es más' sumándole a la impresionante tiara unos espectaculares y grandiosos pendientes que nunca le habíamos visto hasta el momento. Son unas piezas colgantes confeccionadas por tres estructuras de diamantes en forma de corazón con tamaño ascendente, cada una de las cuales abrazan un zafiro. Estas gemas no solo son del intenso tono azul noche que simboliza la realeza, sino que también se asocian a la estabilidad mental, el bienestar interior y la sensatez. De hecho, están consideradas como las piedras de la sabiduría.

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Los maxipendientes de Zafiros

Aunque por su majestuosidad, tamaño y valor, bien podrían ser parte del 'joyero de pasar', la realidad es que estos pendientes pertenecen a la reina Sofía, aunque los reservó para ocasiones especiales y, hasta que los ha rescatado doña Letizia, llevábamos tiempo sin verlos. 

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Los pendientes de esmeraldas

En su segundo día en Copenhague, doña Letizia coordinó su nuevo vestido verde esmeralda de la firma Dándara con unos pendientes que cuentan, precisamente, con estas gemas. Son unas piezas de diamantes que presentan un diseño en forma de nudo del que parte una hilera de brillantes que caen hasta abrazar una esmeralda. Aunque no recurre a ellos de manera habitual, sí se los hemos visto en anteriores ocasiones, como la entronización de Naruhito en Japón en el año 2019, y el collar que existe a juego, fue de las primeras joyas que se puso.

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Los pendientes de esmeraldas

Como los zarzillos de rubíes y los de zafiros citados anteriormente en esta lista, estos pendientes de esmeraldas pertenecen a la colección privada de la reina Sofía, aunque no es seguro cómo los adquirió. Ella sí los ha llevado en varias ocasiones junto a la gargantilla del mismo set. A modo de curiosidad, esta piedra verde intensa simboliza el poder, la inmortalidad y la eterna juventud. 

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