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La Familia Real Británica ha acudido la mañana del 25 de diciembre a la tradicional misa de Navidad celebrada en Sandringham. Evento que Carlos III estrena como Rey. 

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Para la ocasión, Kate Middleton se ha mantenido fiel a su estilo y ha escogido un abrigo verde militar con cuello perkins y costuras en relieve, de Alexander McQueen, que ha combinado con unas botas altas color marrón chocolate y tocado, como dicta el protocolo. 

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Concretamente, se trataba de un modelo de ala ancha de Philip Treacy decorado por una cinta con lazada en un verde algo más claro a contraste, al que ha añadido una pluma blanca con franjas negras. 

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Como complementos extra, unos guantes de piel y un bolso de mano tipo sobre, ambos en el tono chocolate de las botas, y unos pendientes dorados de Sezane que pertenecen a su joyero personal. 

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Esta no es la primera vez que la princesa de Gales recurre a esta preda, que curiosamente lució también en enero de 2020, en su primer acto público tras el anuncio de la salida de Harry y Meghan de la Casa Real. Situación de polémica que coincide con el actual ambiente generado tras el estreno de su documental. 

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Los hijos mayores de los príncipes de Gales tampoco se han perdido la cita, y han caminado junto a sus padres en la entrada a Snadringham. 

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Ambos hermanos lucían looks coordinados con los de sus padres, George con un traje azul marino y Charlotte con un abrigo burdeos que ya había llevado durante el concierto de villancicos el pasado 16 de diciembre.

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También el pequeño Louis ha acudido a la celebración, aunque no hemos podido verle hasta la salida de la Iglesia. Como estilistmo, iba ataviado con un abrigo azul muy similar al de su hermana, con zapatos y calcetines el tono y pantalones cortos de color burdeos.

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