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Charlene de Mónaco ejerció ayer de perfecta anfitriona junto a Alberto II y recibió al presidente de la República Popular China, Xi Jinping, y su esposa, Peng Liyuan, en palacio.

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Para la ocasión, ha escogido un falso traje de chaqueta compuesto realmente por un vestido de silueta lápiz de su firma preferida, Akris.

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Tanto la estética minimalista del look como los complementos han evocado a la estética de la que hubiera sido su suegra, Grace Kelly.

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Las gafas de sol y las perlas fueron dos características del estilo de la esposa de Rainiero de Mónaco, y hoy Charlene apuesta por ellas para completar su estilismo.

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La recordada princesa optaba en el día a día por trajes de chaqueta con faldas de tubo que entallaban su figura sumados a clásicos salones.

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Los conjuntos monocolor en tonos oscuros, que estilizaban especialmente su silueta, se convirtieron en un de sus looks estrella tras convertirse en princesa al casarse con Rainiero de Mónaco.

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Su melenita rubia también se convirtió en icónica, y durante sus años dorados en Hollywood era habitual que la peinara con volumen en el flequillo y ondas en la coronilla.

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