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Meghan Markle se decanta en esta ocasión por una tendencia innovadora en su vestidor premamá: un vestido con brocados tornasolados y metalizados de aspecto envejecido. Lo presenta en un modelo midi, al que acompaña un abrigo blanco de Amanda Wakeley que no es nuevo (1.039 euros).

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Como complementos, llevó salones de Paul Andrew y clutch de Gussie. Sorprendentemente y aún siendo un acto celebrado en interiores, la esposa de Harry de Inglaterra sí lleva en esta ocasión medias.

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La duquesa de Cambridge se decanta por un vestido de corte romántico en color verde menta.

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Se trata de un diseño que presenta el cuello elevado con pequeño volante y botones en el escote.

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Durante su viaje a Malasia en 2012, llevó un vestido muy similar. Este es el modelo Beulah de Jenny Packham.

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