Los príncipes Jacques y Gabriella de Mónaco -a los que esta semana en la revista ¡HOLA! se les puede ver pasándoselo en grande a bordo de un tiovivo en el mercado navideño del Principado- están a punto de vivir sus segundas Navidades y las primeras en las que empiezan a ser conscientes de la magia y la ilusión propia de estas fechas. Sin embargo, la Princesa no ha podido evitarlo y ha vuelto a dejar a su hermano solo ante el "peligro”…
Alberto y Charlene de Mónaco salieron del Palacio Grimaldi dispuestos a que los mellizos conocieran a Papá Noel y vivieran por primera vez la tradicional fiesta infantil y entrega de regalos. Una tradición, que comenzó con Raniero y Grace de Mónaco, a la que acuden los niños del Principado. Todo marchaba sobre ruedas, ¿o no?
¡Esos animales de peluche son demasiado grandes! La princesa Gabriella, que hay que recordar que acaba de cumplir los dos añitos, parece que se asustó y rápido buscó refugio en los brazos de su madre.
La princesa Charlene trató de calmarla pero no fue posible y finalmente decidieron que volviera a casa. Algo similar ocurrió el pasado septiembre en el tradicional picnic monegasco, cuando minutos antes de salir a la plaza la Princesa y ante la expectación de los congregados rompió a llorar y es que no debe ser nada fácil enfrentarse a las multitudes y ser el centro de los focos, menos a esa edad.
En cambio su hermano Jacques no parece tener impedimento y se mueve con soltura ante las cámaras, estrecha las manos y saludo al público.
En una reciente entrevista Alberto de Mónaco ha contado que en la intimidad es que Gabriella más habladora, tanto en francés como en inglés, que Jacques, el Príncipe Heredero que en esta imagen el soberano sostiene en sus brazos.
Desde que el Palacio Grimaldi ha vuelto a llenarse de bebes –y los que están por venir, el siguiente el primer hijo de Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo- ha vuelto esa ilusión propia de la infancia.
Jacques, marqués de Baux, saluda con soltura y se defiende a la perfección como único protagonista de esta tradicional fiesta de Navidad, acaparando todos los flashes. ¿Le habrá contado a Gabriella lo que se ha perdido volviendo a Palacio?
Los Príncipes de Mónaco estuvieron acompañados por Louis Ducruet y Camille Gottlieb, hijos de Estefanía de Mónaco, que no suelen perderse esta cita. Esta es una de las ocasiones en las que está más vivo que nunca el recuerdo del príncipe Raniero y la princesa Grace, ya que fue ella la que inició este encuentro en el año 1956. Pero son más las costumbres navideñas del Principado: llevar regalos a los enfermos hospitalizados, visitar a los ancianos en las residencias de la tercera edad o celebrar un torneo de fútbol.
Como es tradición los Príncipes y sus sobrinos entregaron regalos a unos seiscientos niños que asistieron al Palacio, una labor solidaria que se repite cada año.
Si Charlene apostó por el color propio de la Navidad –el rojo- tanto en el abrigo con en los labios, Alberto de Mónaco puso el toque festivo en su vestimenta con una divertida corbata navideña que no pasó desapercibida.