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La fidelidad no sólo es humana

En el mundo animal existe la monogamia, y profundizar en sus motivos y en el comportamiento de estas especies nos puede hacer comprender el sentido que puede tener para ellos la lealtad y el cuidado que se dan. Los Gibones, por ejemplo, son simios muy similares a los humanos en muchos aspectos, por un lado son antropoides (con una apariencia que, pese al pelaje, es muy similar a la humana), y mantienen muchos vínculos y comportamientos que nos podrían recordar a los que tenemos nosotros. Son animales monógamos y fieles a su pareja, y lo hacen principalmente para cuidar de su descendencia, desde la cópula hasta que éstos ya son autosuficientes y salen a iniciar una vida independiente. Estos simios mantienen una relación de pareja muy próxima en la que pasan gran parte del día acicalándose mutuamente, eso les une cada vez más y alimenta el vínculo de pareja para toda la vida.

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Pingüinos

La monogamia en los animales está más marcada cuanto más duras o complejas son las condiciones de vida que mantienen. En el caso de especies que tengan serios problemas para encontrarse, por ser zonas muy áridas o extremadamente gélidas, suelen tratar de permanecer juntos una vez que se encuentran para favorecer la reproducción constante, uno de los instintos más arraigados en el reino animal, y la supervivencia, que sería el objetivo más importante para todo ser vivo. Sobrevivir en una zona helada, con poco acceso al alimento y donde existe poco refugio para protegerse de los depredadores es una condición muy importante para los pingüinos, que no pueden permitirse quedar fuera de juego si las cosas se ponen mal, por eso optan por la monogamia, para cuidar y ser cuidados por otro.

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Orcas

Estos cetáceos mantienen una compleja red de relaciones sociales entre individuos de la misma especie, muy por encima de otros animales marinos. Entre sus características más especiales destacada que son las hembras las que llevan siempre la voz cantante pues se trata de una jerarquía matriarcal. Dentro de su forma de relacionarse la monogamia tiene bastante relevancia, son fieles a su pareja para toda la vida.

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Caballitos de mar

Esta especie de animal marino elige una pareja y la mantiene para toda la vida, cuando uno de los dos muere o desaparece, nunca admiten a otra nueva pareja y permanecen solos para el resto de su vida. El objetivo de esta monogamia de los caballitos de mar está relacionada con darse ayuda mútua, y renuevan esta intención todos los días, realizando una danza de confirmación de su relación, muy relacionada con renovar el interés por aparearse y tener descendencia. En el caso de los caballitos de mar se da un hecho insólito, y es que en su especie es el macho el que queda “embarazado” tras la deposición de los huevos de la hembra en él. Esto se hace así para que sea él quien proteja su desarrollo, razón también por la que necesitan ser monógamos, pues el compromiso de “gestación” les hace no perderse de vista.

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Cisnes

Lo cierto es que el 90% de las aves practican la monogamia, existen varias teoría sobre ello pero la más arraigada explica que, dado que se incuban los huevos fuera de la hembra, buscan la forma de crear un equipo en la pareja y no meramente un inseminador. Tanto la hembra como el macho se comprometen a vigilar que los polluelos logren sobrevivir, esto hace que se genere un vínculo entre ambos que hace que repitan el proceso todas las veces que sea posible, y se consolide así una relación de compañía y cuidado que traspasa la mera reproducción, pues se extiende también en la búsqueda de alimento común y protección para el nido.

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Nutrias

Este mamífero carnívoro vive generalmente en el sudeste asiático, entre India y Malasia. Es un depredador, por lo que a diferencia de otros animales que tienen la monogamia como estilo de vida de protección contra los peligros externos, en el caso de la nutria esto no es un motivo tan pronunciado. Lo cierto es que una vez que son maduros sexualmente, a partir de los dos años, estos animales deciden encontrar a un compañero del sexo contrario para realizar todas sus tareas y rutinas en compañía, así salen a cazar, se aparean, cuidan de la prole y duermen acaramelados.

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Topillos o ratones de la pradera

Científicos de la Universidad de Emory (EE. UU.) han realizado un estudio para conocer cómo funciona el cerebro de estos animales y, en concreto, para desentrañar el enigma de su monogamia, que en ratones es menos común. Para su sorpresa han descubierto que su cerebro premia las actitudes que realizan con una misma pareja, generando más enlaces sinápticos cuando se ven rodeados de su compañero, de forma que se premian neuronalmente las actitudes que conlleva buscar comida juntos, cuidarse mutuamente y permanecer unidos a la hora de descansar. Todo ello fomenta, además, su supervivencia, pues son animales que están a la cola de la cadena trófica, es decir, que son susceptibles de ser atacados en cualquier momento por todo tipo de depredadores, bien sean mamíferos, reptiles o aves.

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Lobos

A diferencia de otros mamíferos, pese a que los lobos sí son monógamos, eso no quiere decir que a lo largo de su vida no tengan varias parejas. En este sentido los lobos entienden la monogamia más bien en un sentido humano, son fieles a su pareja mientras están juntos y perdura ese compromiso, pero una vez que la relación termina, bien sea por cambio de rumbo o por el fallecimiento de ésta, el lobo busca otra compañía con la que continuar llevando una relación en exclusiva. Como en otros casos de animales, los lobos basan su relación de pareja en cuidar a sus crías, el apoyo de la manada y la protección mutua.

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Loros

Si tienes un loro en casa, tal vez deberías tener en cuenta acoger a su media naranja para que sean una pareja. Son animales enormemente sociables, no en vano su forma de cantar es reproducir sonidos cercanos, esa forma de hablar que tanta diversión nos produce, realmente la enfocan a realizar una llamada a las hembras. Son los machos los que hablan, aunque las hembras pueden también realizar algunos sonidos. Tener a una pareja en casa es recomendable en tanto que es una especie monógama que se sentirá muy acompañada. Eso sí, es necesario que la jaula sea grande, pues al convivir dos aves en un mismo espacio necesitarán más espacio para moverse.

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