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¿Qué es una ninfa?

También se les llama carolinas y su principal característica es tener una cresta eréctil inconfundible, unas plumas en la cola sustancialmente largas y por ser más pequeñas de lo que habitualmente son las cacatúas, familia a la que ahora se sabe que pertenece esta especie tras varios años de estudios moleculares en los que se llegó a dudar sobre si provenían del loro. Su tamaño no supera los 33 centímetros, incluyendo las plumas de la cola, y pueden vivir entre 10 y 15 años, siendo esta una longevidad algo por debajo de otras aves similares.

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Realmente es una cacatúa originaria de Australia

Los primeros exploradores ingleses que empezaron a colonizar Australia documentaron ya su encuentro con estas aves. Algunas de ellas empezaron a ser importadas de forma casual hacia Inglaterra, sin embargo las malas condiciones higiénicas de los navíos así como el lago trayecto que debían recorrer, hacían que muy pocas ninfas llegaran sanas y salvas Europa, lo que hizo que el proceso para que esta especie saliera de Australia y se estableciera en el viejo continente fuera muy lento. En 1894 el gobierno australiano decidió preservar la flora y la fauna local y prohibió que más ninfas pudieran ser exportadas. Por lo que todas las que hoy podemos ver en España o en el resto del mundo son descendientes de los especímenes importados antes de esa fecha.

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Un ave nómada

Las condiciones ambientales de Australia no ponen fácil que ciertos animales sensibles puedan sobrevivir, se trata de un país con una basta superficie árida, con desiertos y depredadores muy agresivos. Sin embargo, las ninfas están presentes en todo el territorio australiano, con la excepción de Tasmania. Son nómadas, por lo que han aprendido a transitar por diversas zonas buscando agua y comida, siempre están en constante movimiento para preservar su supervivencia.

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Recibe muchos nombres distintos

La historia de cómo se ha nombrado a este ave ha estado en permanente cambio. En Australia se les llama “weero” o en aborigen “wamba”, pero han sido denominadas como “periquito de cresta”, “loro amarillo con nudos” o “corella”. También se les ha llamado “hombre pájaro”. Fue en 1832 cuando surgió el nombre científico Nymphicus, que provenía de la mitología griega y que hace referencia a unos espíritus femeninos que socializaban con los dioses por medio de sus cánticos. Sin embargo, lo cierto es que solo las ninfas “macho” son capaces de cantar aunque las hembras reproducen algunos sonidos, pero mucho más limitados.

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Pueden aprender a hablar

Las cacatúas y los loros pueden aprender a simular sonidos, por eso parece que hablan. Las ninfas han sido durante un tiempo confundidas con loros porque tenían esta misma facultad y anatómicamente guardan cierta relación con éstos. Aunque es cierto que se trata de pájaros extraordinariamente sociables y que utilizan el canto de “palabras” para llamar la atención, el motivo por el que están dotados de esta capacidad es el cortejo: sólo los machos pueden vocalizar, por lo que suelen ser más demandados. Utilizan estos sonidos para impresionar a las hembras, y solo cantando sonidos pueden conseguir que las hembras, privadas de esta capacidad, decidan procrear con ellos.

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Pueden ser un compañero inseparable

Una de las características más apreciadas de las ninfas es la extraordinaria cercanía que pueden llegar a demostrar con los humanos con los que conviven. Para ello es indispensable que se relacionen y socialicen desde pequeñas, para que surga un apego instintivo. Solo así admitirán fácilmente que les cojas con las manos, una ninfa ya mayor que no esté acostumbrada al contacto físico puede rehusar a ser manipulada. Aunque son capaces de “hablar”, su facultad imitando sonidos es mayor cuando se trata de reproducir el sonido de sirenas, notas musicales o el canto de otras aves. Los machos son más cantarines, las hembras tienen esta facultad muy limitada pero suelen mostrarse mucho más sociables.

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Los machos son distintos a las hembras

Para diferenciar a un macho de una hembra lo podremos hacer por el color de sus plumas, pero son los machos los que ofrecen un color más vivos, esto es así porque son ellos los que deben atraerlas en época de celo y convencerlas de que son el espécimen ideal para la procreación. Los machos pueden tener colores diversos, pero las alas grises, y las hembras son de colores más claros y tienen puntos amarillos. Mientras, los machos tienen la cola negra y las hembras la tienen más gruesa.

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Atención a su lenguaje corporal

La cresta o penacho de las ninfas les hace muy reconocibles, y les ayuda a expresar sus intenciones. Son capaces de levantarla o de hundirla, lo hacen de forma involuntaria cuando se sienten atraídos, curiosos o excitados emocionalmente. Y cuando ésta se ve decaída es porque el estado del animal es relajado e inactivo. Si tienes en cuenta la posición de su cresta te será más fácil saber si está de buen humor para jugar, salir de su jaula y dar un paseo por la casa, o si por el contrario se siente cansado y no especialmente motivado para el juego.

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Adiestrar con calma

Como casi en el caso de cualquier ave, ser paciente es vital para que la ninfa se sienta a gusto y progrese como deseas en cuestión de cualquier adiestramiento o avance social que pretendas incluir en su vida. Las ninfas pueden aprender a producir sonidos y pueden llegar a ser muy sociables, pero este proceso puede verse interrumpido o detenido completamente si no les tratas con la suficiente sutileza y tranquilidad. Elige para ella un lugar de la casa que no se vea afectado por mucho ruido o excesivos estímulos, trata de avanzar con ella lentamente: no trates de cogerla con tu mano desde el primer momento, atiende a su motivación y consigue saber si está de buenas o si necesita más espacio en función de si se acerca a ti o no.

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