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Relacionarse con otros perros

Aunque a veces los perros parece que están en plena discusión, ladrándose y jaeándose, realmente es su forma de socializar y entablar un diálogo. Primero necesitan hacer una leve confrontación para medir las fuerzas y ver dónde están los límites. Esto se acrecienta en función de la raza y de la afinidad que tengan para ver a otros perros de su mismo sexo, raza o edad. Hay perros que por cuestiones territoriales no llevan bien estar con otros perros similares y, sin embargo, otros desean verse con los de su misma raza.

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Recibir caricias

¿A quién no le gusta que le acaricien y masajeen? Los perros podrían estar horas recibiendo mimos y masajes, caricias y besos. Son unos animales muy sociables que aprecian enormemente las muestras de cariño. No es solo una cuestión de bienestar físico, también es una manera de establecer una comunicación, de darle tiempo a vuestra relación y de generar un diálogo de confianza.

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Hacer su propia cama

Si se te cae ropa al suelo es muy probable que veas cómo tu perro la zarandea, se sube encima de cualquier jersey, pantalón o manta y empieza a deshacerlo, a moverlo y a girarlo. Luego, cuando cree que ya ha mareado suficientemente la prenda y que ha quedado “en su punto”, se tumba encima. Esto es para él la forma de hacer su cama, le produce cierto placer y es un instinto primario, que pese a no necesitarlo les hace sentir muy a gusto. 

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Aman que les prestes atención

Para un perro cada minuto que le dedicas es una razón para estar alegre, tan solo con tu atención le haces plenamente feliz. Hablarle con cariño, decirle piropos y jugar con él es la forma que tienes para compensarle por las horas que puede pasarse solo o sin nada qué hacer. Así él se siente querido y aumentáis vuestros lazos. Como el amor verdadero, el verdadero hogar de tu perro está allá dónde estés tú, y la forma de disfrutar es sentir que le importas.

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Descansar como tú

Los perros no son solo animales de costumbres, también son animales que aprenden de su líder y tratan de recrear lo mismo que haces tú. Si tu descansas habitualmente en el sofá, ellos también querrán hacerlo. Pareciera incluso que a veces te roban el espacio y que están ya ocupando tu cama antes de que llegues a tu acostarte, es su forma de asegurarse una buena posición, pues ya cuentan con que les muevas y les reduzcas el espacio cuando estás con ellos. Puede que en ocasiones sea un engorro dormir con tu perro, pero no hay nada que a él le pueda hacer más feliz.

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Pasear a cualquier parte

Tu perro nunca te dirá que no le gusta el paseo que le das, aunque atraveséis la zona más terrible del planeta. Él siempre te acompañará y será plenamente feliz siendo tu compañero de paseo, vigilando que no te pierdas y que estés bien. Y cuando dudes, tengas miedo o creas que estás en peligro, tu perro sacará la confianza canina más primaria y te servirá de guía y de defensor. Su fidelidad y compañía no tiene límites.

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Comer todo lo que le des

La voracidad es una seña de identidad de los perros. Cuando les sirves la comida, aunque la conozcan de sobra, siempre acudirán a ella contentos y deseosos de darse un festín, como si fuera un manjar desconocido. Disfrutan de aquello que les das y lo hacen siempre con la mejor de las actitudes. Cuando cocinas, te vigilan de cerca, quieren estar al tanto de cualquier trozo de carne o verdura que se te pudiera caer al suelo, porque eso aúna tres de sus placeres favoritos: acompañarte, la caza y comer.

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Recibirte

Uno de los momentos de mayor alegría del día es verte regresar a casa. En ese momento lo dejan todo y salen corriendo hacia ti moviendo el rabo y pegando saltos. Los perros demuestran así su gran alegría y lo que te aprecian. Y aunque salgas un momento a por algo, si regresas a los pocos minutos ellos iniciarán su fiesta de nuevo, porque en su entendimiento toda vez que desapareces podría ser la última, y siempre que regresas para ellos es un regalo de un valor incalculable.

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