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A nuestro gato le afecta, al igual que a nosotros, la bajada de temperaturas que se produce en invierno. Presta atención a tu felino, especialmente si es cachorro o si es mayor. Los cachorros no se termorregulan bien todavía, y los mayores son más sensibles al frío por la artritis, el descenso de la masa muscular, etc.

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