Pocas palabras pueden definir la exuberante colección masculina que Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli presentaron ayer bajo el paraguas de Valentino. La casa de modas dejó en 2008 el timón de su dirección creativa en manos de la pareja, que ha sabido imprimir un carácter muy definido a cada una de sus propuestas, quizá un tanto alejado de la sensualidad de Valentino Garavani, pero igualmente inspirado. Su uso del color -con un perfecto equilibrio de borgoña, verde y marrón visto en la tarde de ayer-, es la principal seña de identidad de la firma, que la temporada que viene se desmarca con ingeniosos 'prints' en forma de flores, mariposas o estrellas, que pasan casi desapercibidos gracias a un perfecto uso del patrón en gabardinas y trajes de chaqueta.
Muy próxima a la propuesta de Carven, la colección de Christophe Lemaire para la primavera-verano 2015 también se posiciona dentro de las prendas más neutras del armario maculino, redibujando el 'workwear' para hombre y reinventando prendas como las túnicas y kaftanes, en un crisol de culturas que muy bien podría identificarse con la fusión cultural que se vive cada día en las calles de París.
La colección para la primavera-verano 2015 de 22/04 Hommes recuerda vagamante a la propuesta que Calvin Klein Collection presentaba hace escasamente un año para la temporada que nos ocupa actualmente: por aquel entonces, a firmaba lo apostaba todo a un particular estudio de los diferentes colores de la bóveda celeste en transición a lo largo de las 24 horas del día, dispuestas en rectángulos verticales sobre tops y sueter masculinos. El desfile de la firma francesa no alcanza ese nivel de genialidad, aunque sí que despuntó ayer en París con interesantes equilibrismos entre celestes, lavandas y beis, bomber vs. chalecos y pantalones en diversos largos.
Uno de los diseñadores más queridos de la'fashion week' de París es el belga Walter van Beirendonck, uno de esos huracanes de creatividad que pocas veces se ganan un reconocimiento merecido sobre la pasarela: cada colección difiere radicalmente de la anterior, con propuestas sólo comparables a las de Thom Browne, también capaz de redifinir la moda para hombre desde los parámetros más básicos.
Parte fundamental de ese exclusivo grupo llamado 'Los seis de Amberes', junto a Dirk Bikkembergs, Ann Demeulemeester, Dries van Noten, Dirk Van Saene y Marina Yee, el diseñador presentaba ayer una colección orientada a la denuncia de la falta de privacidad en las sociedades occidentales, con referencias a paraísis perdidos y oasis desérticos.
La contención ha definido la nueva propuesta del diseñador Guillaume Henry, segunda que crea para la firma Carven, y que parece orientarse a formas y colores más sólidos, libres de estampados o ornamentos más allá de los estrictamente necesarios. Las prendas se orientan, de hecho, hacia una 'working class' fashionista, tomando inspiración de los uniformes y monos de trabajo má asépticos. ¿Los colores? Azul, blanco y naranja butano.
Frente a las prendas 'sleek' de cortes noventeros (donde también se vieron algunas propuestas de mujer), la colección presentada en la jornada de ayer en París por Y Project destacaba por el uso de las deconstrucciones en sus prendas de 'outwear', con piezas que se abren y cierran por sorpresa, desvelando las infinitas posibilidades de una gabardina o una cazadora vaquera.
Uno de los últimos desfiles del día fue el de Raf Simons, que brilló menos que de costumbre especialmente al compararse con algunas de las excelentes propuestas vistas ayer en París. El diseñador dibuja su propia 'prison break' en sus prendas de nueva creación, con conjuntos uniformados que dibujan un final apocalíptico -los escenarios de este tipo han inspirado varias de las colecciones de Londres y Milán-, en tejido denim, combinado con zapatillas de deporte con plataformas.
Diversidad de influencias en el desfile de Julien David, que incorpora a su nueva colección prendas de inspiración 'amish' combinadas con tejidos deportivos, bermudas, 'total looks' de punto y falsas pajaritas, estampadas sobre algodón.
