Las bodas, al fin, han recuperado cierta normalidad, aunque, eso sí, el estilo de novias e invitadas ha cambiado. Ahora son los vestidos más sencillos los preferidos, especialmente en el caso de las segundas, buscando que puedan reutilizarse en otras ocasiones más informales. De ahí, el éxito de los dos piezas estampados con efecto mono (que después puedes llevar por separado) o de las faldas pareo, una prenda que encaja tanto en una fiesta como en la playa. Pero también es la razón del resurgir de un básico: el vestido de invitada liso, una prenda que, si sigues nuestros consejos, podrás reciclar en cualquier noche de verano.
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Malva
La clave para poder reciclar un vestido de invitada tantas veces como quieras es encontrar una silueta con la que estés cómoda y que que te siente bien, pero también elegir un color que te favorezca. Este verano, el lila que tanto hemos visto en las calles en los últimos meses se oscurece para, así, conseguir propuestas de noche muy elegantes que, además, te quedarán mejor cuando todavía no estás muy bronceada.