Existe un punto común en tops y vestidos que resulta clave a la hora de que esa prenda te enamore o, por el contrario, te horrorice por completo: el escote. Convertido en numerosas ocasiones en el principal centro de atención, robándole el protagonismo a la prenda en sí -como en el caso de algunos vestidos de gala-, un escote tiene la capacidad de transformar por completo un estilismo, además de redibujar la silueta. Desde los tradicionales cuellos redondos o en V hasta los más vertiginosos, las formas y diseños de esta parte crucial del atuendo se presentan infinitas. Sin embargo, existe una propuesta en particular que en la última temporada ha arrasado en el street style por su poder favorecedor, el escote cuadrado. Inspirado en los vestidos que las mujeres de la aristocracia lucían en el siglo XVIII, este corte, que deja al descubierto la clavícula, ayuda a estilizar, sobre todo, los cuerpos con más pecho.
El nuevo básico
Como no podía ser de otra forma, el escote cuadrado se cuela en las prendas que forman parte de cualquier fondo de armario, como el clásico vestido midi negro. Imprimiéndole un inevitable aire vintage al vestido, este escote encuentra su mejor aliado en los hombros XL para equilibrar la atención visual.