La casa Ángel Schlesser ha sido la encargada de cerrar esta 82ª edición de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, y lo ha hecho con su colección Liturgia, con la que ha subido a la pasarela sus propuestas de cara a la temporada Primavera/Verano 2026. La firma ha defendido una vez más su visión de un minimalismo elegante y atemporal, llevando su propuesta más allá de la moda y convirtiendo la pasarela en un espacio casi sagrado, en el que cada look ha parecido parte de un ritual contemporáneo, estableciendo un paralelismo entre la liturgia religiosa y la moda.
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Las prendas han mostrado un trabajo de patronaje impecable: volúmenes medidos al milímetro, líneas limpias y una sobriedad que no ha estado reñida con la emoción. Cada gesto de los modelos, cada movimiento de las telas, ha estado perfectamente calculado para crear una puesta en escena en la que nada ha resultado casual. La paleta de color, que iba desde los neutros blancos y negros hasta toques rojos, ha tenido un papel fundamental, acompañando a las siluetas en una especie de coreografía silenciosa.