Barcelona fue el escenario de una noche vibrante para la moda, en la que Desigual presentó su proyecto más ambicioso hasta la fecha: Desigual Studio, la línea premium con la que la firma barcelonesa reinterpreta su identidad creativa utilizando técnicas artesanas y un enfoque elevado. Allí estuvimos, entre los 500 invitados que disfrutaron del espectáculo en la Nau Turbines de las Tres Xemeneies, iconos arquitectónicos del pasado industrial de la ciudad que sirvieron de escenario para este "volver a empezar".
El estreno de la colección Otoño/Invierno 2025 atrajo a grandes nombres nacionales e internacionales que no quisieron perderse el debut de esta nueva propuesta; desde Lila Moss hasta Nicki Nicole, Paris Jackson o Ester Expósito, todas dieron mucho de que hablar a la prensa por razones completamente distintas. Sin embargo, apenas se iluminó la pasarela, cualquier controversia o cotilleo se esfumó para centrar la atención en las prendas que conforman Desigual Studio, confeccionadas íntegramente en España por artesanos.
Las siluetas de la nueva colección destacan por sus juegos de volúmenes, tan sofisticados como arriesgados: pantalones cargo dotados con bolsillos estructurados, chaquetas oversize de piel con efecto denim o abrigos en jacquard con mensajes. Los vestidos de seda asimétricos, teñidos a mano, evocan el ADN por el que la marca se hizo reconocida internacionalmente, mientras que las piezas de punto, en cashmere o lana mohair, aportan ese toque necesario de lujo contemporáneo que fascina a las chicas con más estilo. En la dualidad está la fórmula que garantiza su éxito.
El broche final lo puso Aydan Nix, que irrumpió en la pasarela con un look cargado de simbolismo: "WHY?", se lee en su camiseta. Con apenas 19 años, la hermana menor de Gigi y Bella Hadid -quienes, por cierto, debutaron internacionalmente de la mano de Desigual hace una década- conquistó al público con su fuerza. Porque aquel mensaje no era casual ni abstracto, sino intencional: de raíces palestinas por parte de su padre, Mohamed Hadid, esta 'top model' en potencia quiso aprovechar el momento para dar visibilidad al dolor de su comunidad.
Este poderoso gesto está en perfecta sintonía con el espíritu inconformista de Desigual, una marca que históricamente ha utilizado la moda como altavoz de mensajes sociales. Basta recordar aquel icónico "War is not the answer" ("La guerra no es la respuesta") que se plasmó en sus diseños en 1990, en plena Guerra del Golfo. Con este desfile, la firma catalana sigue escribiendo el último capítulo en su compleja historia, un capítulo sobre el rebranding digno de estudio que ha conseguido posicionar sus diseños en los armarios de las 'it girls' de todo el mundo.