Estas semanas son muy especiales porque se cierran etapas tanto en los institutos como en las universidades. Llega a su fin el último año de estudios y con él se celebran las esperadas graduaciones, una celebración que las redactoras de FASHION recordamos con cariño. Y es que, como amantes de la moda, supone una ocasión ideal para estrenar un conjunto nuevo de invitada. Hace tiempo que nosotras nos graduamos, pero si tuviésemos que hacerlo este año, tenemos claro qué opción escogeríamos. ¿Vestido, pantalón o un dos piezas? Creemos que esta selección puede inspirarte.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Ha pasado ya una década desde mi graduación, así que está de más decir que las tendencias han cambiado mucho. Ese día, llevé dos looks muy diferentes: por la mañana, un traje blanco; por la noche, un vestido de encaje aguamarina con transparencias. Sí, todavía estoy intentando olvidarlo. La lección que me quedó es: apuesta por lo eterno. En 2025, para redimir a mi yo de 17 años, elegiría este vestido marfil de hombros descubiertos con drapeado cruzado y falda de tiro bajo, de Casoná, combinado con unos pendientes vintage de perlas XL.
La importancia de los complementos, Lucía Pandiella
En ocasiones especiales, como una graduación o una boda, suelo buscar diseños sencillos con algún toque especial, pero que permitan añadirle un buen complemento. Así lo hice en su momento con un look de pantalón berenjena y blusa blanca. En mi caso, soy una amante de los pendientes maxi, por eso este vestido de Simorra tiene todo lo que me gusta: un diseño largo con el cuerpo de tiras entregiradas y corte a la cadera, que además, es tendencia. Ni qué decir tiene que le añadiría algún pendiente XL metalizado o en un color más vivo, como rojo o coral.
Cuando me gradué opté por un pantalón palazzo en gris plomo junto a un top blanco de escote halter con bordados de flores del mismo tono. Dos prendas que más de una década después todavía conservo en mi armario. No volvería a llevar lo mismo, pero sí tengo claro que optaría de nuevo por un dos piezas y que sería en colores lisos. Creo que me favorecen los tonos pastel, por eso apostaría por este conjunto de blusa con cuello chimenea y falda con detalle de volante, de Mannit. Un diseño elegante, sencillo y fácil de reutilizar en otros eventos también por separado. Lo combinaría, sin duda, con accesorios dorados.
Los monos o los trajes de chaqueta siempre son una buena alternativa para una graduación, pero tengo predilección por los vestidos. Este diseño en azul navy de Bimani me encanta porque tiene una capa combinada en red con pequeñas lentejuelas, que le aporta un toque moderno y hace especial un diseño bastante sencillo. Lo llevaría con accesorios dorados, que siempre aportan luz y favorecen un montón.
Pantalón (160 euros) y chaqueta (286 euros) 'Petunia'
Un traje de chaqueta, Lucía Hernández
Para el día de mi graduación, recuerdo que llevé un bonito vestido de color verde. Mirando atrás, volvería a escoger este color: favorece tanto a rubias como a morenas, es adecuado para todo tipo de celebraciones y, además, es uno de los favoritos entre las invitadas más chic. Sin embargo, ahora, en lugar de vestido, me inclinaría por un traje de chaqueta, de aires minimalistas y con detalles especiales y juveniles, como unas mangas fruncidas o un discreto cropped top. Este traje sastre de Claudia Peris Collection me parece todo un acierto, ya que aúna en un solo look de invitada tres máximas de estilo fundamentales para mí: elegancia, comodidad y versatilidad.
Los vestidos de cortes asimétricos elaborados en tejidos vaporosos o satinados, que aporten movimiento al andar, siempre me han parecido una opción favorecedora, actual y muy femenina... ¡y todas esas premisas serían perfectas para mi look de graduación ideal! Este vestido slip dress de Juan Vidal, en amarillo mantequilla con peonías estampadas y detalles fruncidos, reúne todo lo que querría para ese día. Lo combinaría con sandalias de tiras, unos pendientes minimalistas y un clutch tipo cartera.
Hace 10 años me decanté por un vestido verde de Massimo Dutti inspirado en el icónico look de Expiación, y aunque sigo soñando con esa escena, si hoy fuera mi graduación y tuviera que cambiar de vestuario, este sería mi fichaje. Soy de las que prefiere cortes atemporales, pero con un toque divertido que marque la diferencia y transmita personalidad. Por eso, este vestido de lino rojo de la firma Vogana —escote a la caja, mangas asimétricas y corte en la cintura para enfatizar la figura—, es mi nueva obsesión (269 euros). Lo acompañaría con pendientes largos que me dieran luz al rostro y unas sandalias joya de tacón fino.
Blazer de crepé (425 euros) y pantalón palazzo (255 euros)
Un conjunto eterno, Amalia Quiroga
Aunque en mi graduación llevé un vestido rosa con vuelo, si pudiera volver atrás hoy cambiaría mi elección, ya que es un buen momento para invertir en un look elegante y atemporal que puedas reutilizar en mil ocasiones más. Sin duda, hoy escogería un traje sastre blanco de pantalón y chaqueta, como este de Bleis Madrid. Me encanta su estilo minimalista y sofisticado; es ideal para una ocasión especial como esta y creo que transmite elegancia y seguridad. Lo combinaría con unas sandalias de tacón doradas, unos pendientes maxi y un brazalete del mismo tono. Y, el toque beauty: unos labios rojos nunca fallan.