El vestido estampado de Sarah Jessica Parker que también llevaría Carrie Bradshaw

Manga larga, ceñido al talle y evasé, la versión de entretiempo de uno de los looks más representativos de 'Sexo en Nueva York'

Por Mara Mariño

Fue en 1998 cuando 'Sexo en Nueva York' arrancaba en la pequeña pantalla, lo que Sarah Jessica Parker no imaginaba es que aquella serie la convertiría en una de las figuras más influyentes de la moda. La actriz suele ocupar con regularidad los asientos de los desfiles más importantes de las Semana de la Moda, compartiendo primera fila con Anna Wintour, Gwyneth Paltrow, Diane Kruger o Priyanka Chopra. Además, ha creado su propia colección de calzado y ha trabajado como embajadora de diferentes marcas. Con una trayectoria tan ligada al sector del estilo, su gusto personal se ha convertido en todo un referente para amantes de las tendencias. Y, como si de una influencer se tratara, sus looks causan siempre en sus fans un efecto parecido, volviéndose prendas buscadas hasta el límite. De hecho, si estás en plena búsqueda de un vestido otoñal, los dos últimos estilismos de la intérprete podrían tener la respuesta, unas propuestas que aprobaría incluso la mismísima Carrie Bradshaw. 

Tanto el miércoles como el jueves, la actriz recorrió la Gran Manzana con dos diseños prácticamente idénticos aunque con distintos estampados. Mientras uno de ellos llevaba perlas como acabado final -el que se puede observar bajo estas líneas-, el otro llevaba flores, un estampado que aunque pueda pensarse primaveral, hoy en día funciona durante todo el año. En ambos casos, los patrones se ceñían en el talle de la actriz mientras que la manga era larga o de tres cuartos, ideal para hacer frente a las primeras bajadas de temperaturas. La falda, de largo midi, y evasé, es un modelo perfecto para combinar tanto con stilettos como con botines.

Durante los dos días, Sarah Jessica Parker, optó por combinar el vestido con zapatos de tacón. Unos de ellos destalonados, con estampado de serpiente, y otros estilo Mary-Jane de su propia colección de calzado. Tampoco faltaron los dos días bolsos negros como toque final y maxi gafas de cristal oscuro, lo que podría confeccionar la cápsula de complementos que mejor funcionan con este tipo de prendas en el entretiempo. Y si es posible imaginar esta prenda al armario de la célebre columnista de sexo de la ficción de HBO, es porque también Carrie Bradshaw tenía en su vestidor modelos parecidos.

Por ejemplo, este vestido blanco, un modelo de Halston Heritage que salió en la segunda entrega de Sexo en Nueva York en su adaptación a la gran pantalla. Aunque es un diseño más veraniego tanto por el color -el blanco es uno de los matices predilectos de los meses más calurosos del año- como por el largo, que supera la rodilla por unos cuantos centímetros, el patrón de la prenda, resulta tan parecido que es imposible no imaginar al personaje interpretado por Sarah Jessica Parker, en una jornada de entretiempo en Nueva York, luciendo alguno de los vestidos azules estampados con sus amados 'Manolos'.

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