Juan Avellaneda: 'Hay trajes que favorecen más que un vestido'

Hablamos con el diseñador, que acaba de lanzar su primera colección femenina con Nieves Álvarez como musa

Por Regina Navarro

Cada vez son más las mujeres que se atreven a utilizar el traje para sus looks de diario y, también para las ocasiones especiales, una prenda que incluso algunas celebrities como Blake Lively han convertido en su seña de identidad. "Perder el miedo al esmoquin es la primera de muchas batallas ganadas", explicaba, en un comunicado de prensa el diseñador Juan Avellaneda. Si algo caracteriza su universo es que ha sabido encontrar la diferenciación en un momento en el que, en el sector de la moda, es complicado crear algo único. Sobre todo, cuando se trata de ropa masculina. Sus trajes, que han lucido personalidades tan variadas como Asier Etxeandia, Jaime de Marichalar o el guitarrista de The Rolling Stones Ron Wood, se han convertido en un objeto de deseo. Piezas Made in Spain, de cortes limpios, siluetas clásicas y llenas de texturas. Ahora, el diseñador ha dado un paso más al presentar su primera colección femenina, que saldrá a la venta el próximo 15 de octubre. Propuestas para la mujer que encuentran en el esmoquin su pieza clave, en Nieves Álvarez su musa y de la que nos habla en esta entrevista que ha concedido a Fashion.  

Tus colecciones, hasta ahora, solo estaban pensadas para el hombre. ¿Por qué ahora es un buen momento para lanzar tu primera colección de moda femenina?

Es un paso natural. Los códigos masculinos de la firma son ya lo suficientemente sólidos y están definidos, así que es el momento para ir un poco más lejos y ofrecer una colección a las mujeres que, a lo largo de todo este tiempo, se han interesado por Avellaneda.

¿Cómo es la mujer Avellaneda y su estilo?

La mujer Avellaneda lo es, ante todo, por decisión propia. Pienso en Nieves Álvarez, que tomó la iniciativa y me pidió un esmoquin cuando ni siquiera se me había pasado por la cabeza la idea de diseñar moda femenina. Me gusta la idea de una mujer fuerte y segura de sí misma, que no huye del hedonismo y que emplea la moda para subrayar su personalidad, para transformarse y convertirse en una presencia fascinante y auténtica. Una mujer que juega con los códigos masculinos y que sabe llevárselo todo a su terreno.

¿Qué diferencias o dificultades has encontrado a la hora de plantear esta primera colección?

Mi objetivo en todo momento era traer de vuelta una época en la cual las mujeres en la moda buscaban lo sofisticado, lo lujoso y la total fantasía. Cuando las revistas de moda eran pura indulgencia y aspiración. Con estas prendas quiero que cuando te las pongas puedas llevar a cabo esa huida muy necesaria o evasión de este mundo que es demasiado real. Mi objetivo era: nada de grunge, solo glamour.

¿Qué tipo de trajes vamos a encontrar en ella?

Encontrareis un patronaje que potencie la mujer, nada de esconderla. Piezas más relajadas y otras más alocadas jugando con un equilibro entre lo masculino y lo femenino, pero como dije sobretodo potenciando la feminidad, el hedonismo, la sofisticación y sobre todo contemporaneidad.

Tus trajes masculinos tampoco se han caracterizado nunca por la sobriedad que suele llevar implícita esta prenda…

Creo que hay demasiados corsés actualmente y creo el traje y el esmoquin hay que darles más vida. Tenemos que divertirnos y una pieza como el traje o el esmoquin siempre puede tener ese punto "wow" que nos divierta, que sea ponible y, sobre todo, que apetezca llevarlo. Creo que lo minimalista esta sobrevalorado.

Te inspiras en los grandes diseñadores como Mugler, Gaultier o Versace para crear tus propuestas. ¿En qué se traducen esas referencias?

Más que inspirarme en las prendas que crearon me inspiro en su imaginario. Creo que antes se disfrutaba mucho más de la moda, todo era más autentico y no todos intentaban ir igual. Ahora todo el mundo quiere ser diferente, pero todo el mundo lleva un "uniforme". Los mundos que te comento eran libres, con glamour, sofisticación (que no significa aburrido) y más diversión. Me gusta ver mujeres fuertes, seguras, que exploren su feminidad y no tengan miedo a ir arregladas. Prefiero mil veces una chica overdressed a que vaya de moderna con tacón y pantalón de deporte, porque eso último me parece espantoso por muy cool que sea.

Desde que Yves Saint Laurent introdujo el esmoquin en el armario de la mujer, ¿crees que ha habido un avance real en la elección de esta prenda por parte del público femenino?

El esmoquin fue una de mis primeras obsesiones como diseñador y como apasionado de la moda. Es una síntesis perfecta de lo sofisticada que puede resultar la sastrería tradicional, y además un ejemplo de transgresión de géneros, ya que fue la prenda que eligió Yves Saint Laurent para poner pantalón a la mujer a mediados de los años sesenta. Hoy en día me sigue pareciendo vigente. Es protocolaria y respeta la etiqueta, pero es mucho menos acartonada y más cosmopolita que el chaqué o el frac. Ofrece muchas posibilidades (bordados, estampados, colores inesperados) y me parece imprescindible tanto para el hombre como para la mujer.

Cuando hablabas por primera vez de tu colección decías que: "perder el miedo al esmoquin es la primera de muchas batallas ganadas". ¿Qué grandes batallas quedan por ganar en el terreno de la moda?

Tenemos demasiados corsés, estamos muy pendientes del que dirán y creo, actualmente a las mujeres y a los hombres les da miedo vestirse. Se opta por la comodidad, pero si te sientas una tarde en una tienda como Santa Eulalia (cosa que he echo) verás que muchas personas cuando ven prendas dicen: esto me lo pondría fuera, esto es demasiado para donde vivo. Parece que nos damos una libertad cuando viajamos y en nuestra ciudad no. Creo la gran batalla que queda en el terreno de la moda es vestir como nos apetezca, llevar una americana de esmoquin de día con un taconazo o una sneaker y ser suficientemente libre para no juzgar si alguien va así o para que no te afecte si te juzgan a ti.

A Blake Lively han llegado a criticarla por "abusar" del traje para la presentación de su última película, ¿un signo más de que queda mucho por hacer?

Totalmente. Si llevará un vestidazo cada día no habría sido criticada, pero piezas similares a lo que recuerda un traje, sí. Me parece tan arcaico que alguien pueda hacer esta valoración. Hay trajes o esmoquin que favorecen muchísimo más la silueta de la mujer que ciertos vestidos. A muchas clientas y amigas les digo muchas veces que un vestido puede ser muy cruel porque nunca lo puedes controlar. En cambio, un esmoquin o un traje si esta bien confeccionado puedes hacer que juegue totalmente a tu favor y potencie aquello que quieres resaltar.

¿Crees que la moda debe estar restringida al género? ¿Por qué Avellaneda sirve tanto para hombre como para mujer?

Porque en el siglo XXI los códigos que dividían la moda masculina y femenina en compartimentos estancos ya han dejado de tener sentido. Porque hay prendas tan bien diseñadas que pueden adaptarse a distintos tipos de cuerpos y de estilos. Y porque no queremos decir a la gente lo que tiene que llevar, sino proponerles entrar en nuestro universo para que ellos decidan cómo quieren interpretarlo. Al final, la moda sin libertad no existe.

Desde tu punto de vista, ¿las mujeres realmente se atreven con prendas que tradicionalmente han sido consideradas masculinas? ¿Crees que en los últimos años ha habido un cambio en este sentido?

Afortunadamente sí. Yo empecé mi colección femenina por Nieves Álvarez, pero también por algunas clientes que me decían: "¡Quiero lo que haces! ¡Nadie lo hace!" Si quiero un pantalón boyfriend o una americana masculina no quiero un sucedáneo, quiero una de mi talla. Así que, quizás no todas, pero la mayoría no tiene manías al respecto.

Has elegido a Nieves Álvarez como imagen de esta primera colección porque ha sido, en cierto modo, tu musa.

Somos amigos y fue una de las primeras personas en comprender mi visión del estilo y en darme la oportunidad de demostrarlo. Nunca olvidaré lo que sentí la primera vez que vi a Nieves vestida con un esmoquin que yo había creado para ella. Todos los diseñadores deberían encontrarse al menos una vez en la vida con una clienta, musa y amiga como Nieves Álvarez.

¿Habrá más colecciones femeninas en el futuro?

Esto es solo el inicio. Por supuesto, esto no pretende ser una cápsula sino un universo por descubrir.

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